domingo, 22 de mayo de 2016

Europa desde una butaca: Revelaciones

En 70 horas debí compactar 12 horas de viaje en tren, otras tantas horas de sueño y otros tantos litros de cerveza para ver 270 minutos de fútbol alemán in situ.  Desde la base en la zona roja de Frankfurt (establecida a fines prácticos para sacar provecho de su cercanía con la Hauptbahnhof; a diferencia de lo planeado para Ámsterdam, donde hice base en la zona roja para sacar provecho de la ubicación en la zona roja) partí temporalmente hacia Colonia (cumpliendo con el no cierre de la historia anterior), donde me esperaba el, en papel, duelo menos atractivo de todo el itinerario futbolístico: 1.FC Köln contra el FC Ingolstadt.

Después de las visitas turísticas de rigor (Domo, que en realidad es la primera postal que te ofrece la ciudad apenas salís de la Hauptbahnhof, cervecería tradicional y otra cervecería no tradicional) y la adquisición de un buzo de arquero del effzeh (así llaman los locales a su equipo y que predeciblemente quiere decir F-C) en liquidación de la temporada anterior y que resulta bastante feo estéticamente, pero que me salvó del pronóstico erróneo que había hecho acerca del clima, me dirigí al Müngerdorsfer Park. Caminando el equívoco trazado urbano del centro de la llamada ciudad carnaval (de Mainz dicen lo mismo también), llegué a la estación de Neumarkt para tomar el tranvía nro. 1 en dirección a Leiden que me llevaría al 999 de la Aachener Strasse donde está el antes mencionado parque que contiene al ahora llamado (por cuestiones de sponsoreo) RheinEnergie Stadion.

Al igual que en Berlín la previa del partido resultó ser bastante amena: ya a 10 cuadras del estadio prevalecían los bares, puestos y vendedores ambulantes dedicados a la venta de cerveza, ese siempre rentable negocio en tierras teutonas, mientras que cerca del estadio además de los puestos de comida y merchandising había un par de iniciativas de marketing del sponsor principal del club en la cual uno podía poner su cara en el cuerpo de un jugador de Colonia o fotomontajes que simulaban una foto con un jugador del club. De nuevo, advertí el mismo patrón que en Berlín, una cierta mercantilización y esfuerzo orientado a adelgazar el bolsillo del hincha, pero a su vez hay un cuidado del mismo y una idea de otorgarle algo a cambio.

Una vez cumplido el ingreso con el ticket virtual que tenía en mi celular (donde la incompletitud de la información me llevó a cometer un error en la puerta de ingreso) me encontré dentro del precinto donde procedí al consumo de un bratwurst y un poco mas de la cerveza autóctona Kölsch, intenté sacarme una selfie con el muñeco mascota del club (mas sobre el original en las próximas líneas) para desistir después de ver que una cantidad considerable de niños también estaba esperando y entré al local oficial del club, pero también me privé de consumir ya que era un quilombo, cuestión que no puedo decir que me haya sorprendido porque ya había advertido (casi con alivio, después de darme cuenta que ya había sido cooptado por el respeto al orden imperante en Berlín) que todo lo que tiene que ver con Colonia y su gente se encuentran fuera del preconcepto de frialdad, respeto del orden preestablecido y generalmente correcto que se tiene del alemán en general.

Hennes VIII, nuestro nuevo ídolo
Me dispuse a tomar el asiento que tenía en la segunda fila de la cabecera opuesta a la stehseplatz (sectores donde la gente puede ver el partido de pie tal como en nuestras populares) en paralelo a la línea del área grande, donde los equipos ya terminaban de efectuar sus movimientos precompetitivos y empecé a encontrar parte de lo que esperaba en la Bundesliga: Pasión (también había Wi-Fi, incomprensible, para los que vamos a la cancha y ni hay señal de celular). La verdad es que si hubo algo que fue decepcionante del partido en Berlín fue que se cantaba de Stehseplatz a Stehseplatz y la atmósfera nunca terminaba de despegar. La primera demostración que en Colonia no iba a ser igual fue cuando empezó a sonar el tema de Rocky I y en la pantalla, apareció el gran Hennes VIII, en su hábitat natural (el zoológico de Colonia) y se lo lleva un camión de DHL y lo deposita en el estadio, donde hace una entrada triunfal con una escolta de porristas. Cuando la gente vio al Geissbock, ese magnífico cuadrúpedo de cuernos ondulados, el estadio explotó por primera vez en la noche e incluso se llevó una ovación superior a cualquiera de los 11 bípedos anunciados a continuación como titulares del 1.FC Köln. Otro gran momento fue la recepción de los equipos donde sonó  el himno del equipo que salvo por el reducido público visitante (por falta de interés debida a obvios motivos) y yo (por falta de recursos lingüisticos debida a obvios motivos) canto todo el estadio a todo pulmón.

La ubicación que saqué me dio una buena impresión de la atmósfera reinante en el estadio y poder apreciar realmente la velocidad a la que se juega en la Bundesliga a pesar de tratarse de dos equipos cuya expectativa general es que terminen en la mitad inferior de la tabla; pero me privó de poder ver el partido desde un punto de vista mas analítico. Aún así, de entrada nomás se vio claro que Ingolstadt con un punto se iba mas que satisfecho, mientras que el effzeh pareció retomar donde había dejado tres días atrás en Berlín, con un fútbol directo, pero sin muchos elementos creativos, atacando principalmente desde la banda izquierda con un encarador Bittencourt y el mas liberado Jonas Hector mientras que Modeste mostraba el repertorio que había llamado mi atención en Berlín. Por esas cosas que tiene este juego el gol que llegó a los 10 minutos vino por el otro lado cuando Marcel Risse sacó una hoja del libro de Manfred Kaltz (otro equipo y otro puesto, pero la comparación es estrictamente limitada al punto de vista técnico) y encontró a Modeste solo en el punto del penal, beneficiario de un resbalón de un central rival, para suspenderse en el aire y cabecear cambiando la dirección al balón superando al notoriamente encanecido arquero visitante.
A diferencia de otros equipos que salen a defenderse y después de recibir un gol no saben que hacer, Ingolstadt pareció tener un plan B: Siguió compacto, pero se adelantó un poco, estableció la batalla del mediocampo logrando superioridad numérica y arrimó peligro mediante remates de larga distancia (unos de los cuales despertó una ovación para el buen arquero e ídolo local Timo Horn al ritmo de Estrellas y Barras a.k.a. La canción de Crónica) y pelotas paradas, medio por el cual resultó llegar el empate de los bávaros. Matip, que había perdido a Modeste en el primer gol, encontró libertad en el área rival, con un cabezazo potente superó a Horn y puso el resultado que sería definitivo a los 21’. Ni la gran cantidad de tiempo por delante, ni el empuje de todo el estadio ni la impasiva mirada de Hennes VIII al costado de la cancha generaron ideas en el ataque local ni en el banco donde el técnico usó un solo cambio de los tres ni inquietud en la defensa rival mas allá de algún susto aislado: Al final del partido Ingolstadt se llevó lo que había venido a buscar y la reacción después del silbatazo final no escondió ni un poquito la satisfacción por el objetivo cumplido.
El regreso tuvo eventualidades: en el tranvía a la estación de Neumarkt fue pintoresco, tuve un diálogo con un par de habitués de la stehseplatz (la pregunta de apertura del intercambio fue ¿Dónde se sale hoy?) y un par de plateístas, la caminata por la zona de bares del Neumarkt hasta llegar al domo para llegar desde donde partí, como diría la Renga, pero mayor inconveniente fue que después tardé 5 horas para hacer un viaje que la ida había hecho en 90 minutos con una escala de una hora en Mainz incluida.

Soy de la teoría que uno no elige sus pasiones, sino que esas cosas lo eligen a uno, te agarran y no te sueltan nunca mas; porque de otra manera no se explica que algún vínculo de este tipo te acompañe para toda la vida, no por nada uno dice que “es de X equipo” y no que es seguidor o hincha de, (in)conscientemente indicando pertenencia, mas que afiliación. Colonia y su gente te tiran todo lo Kölsch en la cara como tarjeta de presentación: el folklore, la idiosincrasia, la tradición, las particularidades y la pasión están a flor de piel, Colonia es una forma de ser y de sentir, un estado de comunión de alma y (no muy germánica) mente. Y en eso esta incluido este equipo, el effzeh, que también se trata de la ciudad y no por nada el club tiene el lema “Spürbar Anders” cuya traducción libre sería Claramente Diferentes. Mas allá de la cercanía de características (Seguramente ampliada por el filtro de la sorpresa) no pude evitar la sensación de que Colonia y el effzeh me tomaron. Ya mientras volvía caminando nuevamente por los escasos metros que separaban la Hauptbahnhof de la zona roja Frankfurt a las 4.30 A.M. volvía reflexionando sobre eso. Mientras retiraba el equipaje de la jaula/locker y hablaba a la pasada con un huésped del hostel que casualmente resultó ser compañero de habitación (un hindú norteamericano) y le comenté lo que había hecho. Razonando la travesía mucho tiempo después había caído en la cuenta que sin saber, de esas 24 horas había viajado 12 en tren y había dormido 0, pero que ese sacrificio, no había sido tal, que había valido la pena, y sin saberlo de antemano, correspondido mansamente a esa posesión. Me di cuenta que por ahí, ya era del 1.FC Köln.

Ehrenfeld, Raderthal, Nippes, Poll, Esch, Pesch un Kalk
Ehrenfeld, Raderthal, Nippes, Poll, Esch, Pesch y Kalk
Üvverall jitt et Fans vom FC Kölle
En Todos Lados Hay Hinchas del FC Kölle
En Rio, en Rom, Jläbbisch, Prüm un Habbelrath
En Rio, en Roma, Jläbbisch, Prüm y Habbelrath
Üvverall jitt et Fans vum FC Kölle.
En Todos Lados Hay Hinchas del FC Kölle

Freud oder Leid, Zokunf un Verjangenhejt
En la Alegría o en la Tristeza, Futuro y Pasado
E Jeföhl dat verbingk - FC Kölle
Un Sentimiento que Une – FC Kölle
Ov vür ov zoröck - neues Spell heiß neues Jlöck
Hacia delante o hacia atrás – Cada Partido es una Nueva Oportunidad
E Jeföhl dat verbingk - FC Kölle
Un Sentimiento que Une – FC Kölle

Mer schwöre dir he op Treu un op Iehr:
Te Juramos Honor y Lealtad
Mer stonn zo dir FC Kölle
Estamos Junto a Vos FC Kölle
Un mer jon met dir wenn et sin muß durch et Füer
Y caminaremos junto a vos, a través del fuego si es necesario
Halde immer nur zo dir FC Kölle!
Estaremos siempre a tu lado FC Kölle!

Ov jung oder alt - ov ärm oder rich
Jóvenes o Viejos – Pobres o Ricos
Zesamme simmer stark FC Kölle
Unidos somos fuertes – FC Kölle
Durch dick un durch dünn - janz ejal wohin
En las buenas y en las malas – No importa el lugar
Nur zesamme simmer stark FC Kölle
Solo Unidos Somos Fuertes – FC Kölle

Mer schwöre dir he op Treu un op Iehr:
Te Juramos Honor y Lealtad
Mer stonn zo dir FC Kölle
Estamos Junto a Vos FC Kölle
Un mer jon met dir wenn et sin muß durch et Füer
Y caminaremos junto a vos, a través del fuego si es necesario
Halde immer nur zo dir FC Kölle!
Estaremos siempre a tu lado FC Kölle!

Mer schwöre dir he op Treu un op Iehr:
Te Juramos Honor y Lealtad
Mer stonn zo dir FC Kölle
Estamos Junto a Vos FC Kölle
Un mer jon met dir wenn et sin muß durch et Füer
Y caminaremos junto a vos, a través del fuego si es necesario
Halde immer nur zo dir FC Kölle!
Estaremos siempre a tu lado FC Kölle!

Mer schwöre dir he op Treu un op Iehr:
Te Juramos Honor y Lealtad
Mer stonn zo dir FC Kölle
Estamos Junto a Vos FC Kölle
Un mer jon met dir wenn et sin muß durch et Füer
Y caminaremos junto a vos, a través del fuego si es necesario
Halde immer nur zo dir FC Kölle!
Estaremos siempre a tu lado FC Kölle!

*Kölle es un variante de llamar a Colonia en el dialecto local


Para terminar de reafirmar esta convicción y que no se trataba de una hipersensibilidad inducida por la excesiva ingesta de cerveza, mucho después de esta Offenbarung, me encontré en la barra de un bar de San Telmo pidiendo una Kölsch, en lugar de una Kolsch. Si alguien cambia la letra en la primera estrofa y reemplazan una de esas ciudades por Buenos Aires, acá hay alguien dispuesto a honrarlo. Y sino seré representado por la parte que dice Üvverall jitt et Fans vum FC Kölle.


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