miércoles, 9 de julio de 2014

Por jugar por la izquierda

Como disparador de varios artículos, siempre digo que el fútbol está cruzado por distintas variables del entorno que lo rodea. Y cuando el fútbol es algo tan grande como lo es en Brasil, es imposible entender el fútbol aislado del entorno político-social y viceversa también. Prueba cabal de ello es el quilombo que se armó en la Copa Confederaciones y el malestar con todo lo relacionado el Mundial en la previa del mismo. Y tampoco es un fenómeno reciente ni mucho menos.

La situación política en Brasil a comienzos de los años 60’ era bastante inestable. La renuncia a la presidencia de Janio Cuadros, dejó al próximo en la línea de sucesión presidencial, Joao “Jango” Goulart, en una situación política bastante endeble. Se vio obligado a negociar con distintos sectores políticos y militares a fin de armar un consenso que le permitiera mantenerse en el cargo, pero que a su vez, limitaba tremendamente su capacidad de llevar a cabo sus planes. En 1963 Goulart convocó a un plebiscito para cambiar a un sistema presidencialista, del cual salió victorioso y a partir de ese momento se veía el porque del interés de algunos de limitar su gobernación: Reforma agraria, aumento de impuesto a la renta, mayor control sobre los inversotes extranjeros y una ambicioso plan de alfabetización nacional.
A ese plan se presentaron Zezé y Fernando “Nando” Antunes Coimbra, dos hermanos cariocas estudiantes de filosofía y portadores de un apellido ilustre en la historia del fútbol brasileño. Fernando también era jugador de las inferiores del Fluminense, donde su hermano mayor Zeca ya tenía un poco mas de rodaje profesional bajo el nombre de Antunes.
Finalmente Nando y su hermana y ingresaron como parte del proyecto, pero duró poco tiempo, porque Goulart fue depuesto por un golpe militar, el PNA (así se llamaba el plan de alfabetización) fue disuelto y todos los que participaban pasaron a ser considerados subversivos por el gobierno militar. A su vez eso coincidió con su salida del Flu. Un par de meses con el Botafogo, un par de idas y vueltas y terminó firmando su primer contrato profesional con el Santos de Espirito Santo. Jugó un año, hasta que llegó un entrenador con cargo militar. Nando tuvo que partir con la única explicación viniendo del vice-presidente del club pidiéndole que entienda la situación política del país. Ahí supo que la cosa no sería fácil de ahí en adelante.
No obstante, sus hermanos Edu y el antes mencionado Zeca, ya eran jugadores con mas rodaje y lo invitaron a que se sume a las filas del por ese entonces importante America carioca, donde Edu ya era ídolo y goleador. Fue un año muy bueno para los tres hermanos que componían la delantera del cuadro de Río, pero la historia se repitió: cambio de técnico y sin mayores explicaciones, Nando ya estaba afuera del plantel. De ahí se fue a otro club carioca, Madureira, un club que visitó China y Cuba, dirigido en ese momento por el apropiadamente apodado Esquerdinha. Nando jugó hasta que un día el vicepresidente del club le dijo que podía seguir entrenando y que iba a seguir cobrando, pero no podía ponerlo mas de titular.  Ciertamente, el tema este de la milicada, no le importó al Ceará que vio en Nando una solución para ocupar el puesto a la izquierda del ataque. Y Nando respondió con fútbol: No obtuvo títulos para el equipo, pero su fútbol si atrajo la atención de un par de equipos del otro lado del charco, por eso es hasta el día de hoy que recuerda con gratitud al club blanco y negro del estado homónimo.

Sin saberlo, y pese a su corta edad y la trayectoria ascendente que traía, la carrera de Nando empezaba a terminar. Fernando se iba para la tierra de su padres, Portugal, donde tenía acordado un contrato con el Belenenses. Sin embargo, la bienvenida que le tenían preparada no iba a ser para nada afectuosa.
En principio, le ofrecieron un contrato que era bastante inferior a lo convenido originalmente, por lo que el tema contractual quedó sin resolver, por lo que recibió la visita de la policía paralela comandada por el entonces dictador Antonio Salazar, que le hizo saber claramente que tenía toda la información sobre sus actividades extra futbolísticas, llegando al punto de amenazar con mandarlo a pelear a África por ser hijo de padre portugués en caso de quedar sin firmar contrato. Con la ayuda de la esposa de uno de los dirigentes, Nando huyó de Portugal.

Si la bienvenida lusitana no había sido afectuosa para Nando, el comité de bienvenida en Brasil iba a ser menos amistoso todavía. Una de las primas de Nando era colaboradora cercana de un grupo guerrillero, por lo que la “inteligencia” brasileña armó una redada en la casa de su madre cuando la familia estaba reunida. Allí también estaba Nando, que también era parte del objetivo de la redada (Su hermana ya había salido de Río). La cuestión es que Nando, su prima y el marido cayeron en cana. A Nando lo tuvieron 5 días tirado en el piso, boca abajo, con las manos en la nuca, cambiando de posiciones solo para interrogarlo y torturarlo. Por su parte sus hermanos mas ilustres, Antunes y Edu (a esa altura, futbolistas de muy alto perfil, sobre todo Edu) se clavaron en la puerta del centro de detención pidiendo que los detengan a ellos también, de modo que quien pasaba por ahí sabía que era algo raro pasaba con los Antunes Coimbra. Finalmente fue la presencia de Edu la que “liberó” a Nando de la cárcel ya que el comandante del centro era fanático del América, donde Edu descollaba. Igual, lo devolvieron totalmente desfigurado.
Después de eso Nando intentó volver al fútbol, pero desistió rápidamente para proteger a sus hermanos mas ilustres y al menor que daba sus primeros pasos y sabían que iba a ser el mejor de la familia. Por ahí el daño estaba hecho: Joao “Sin Miedo” Saldanha, destituido poco antes del mundial 70’ había dicho que Edu, goleador a nivel nacional en 1969 estaba vedado de la selección (que tenía intervención militar desde las sombras) por su familia y el latigazo también lo sufrió el hermano menor y a la postre mas ilustre: Artur Antunes Coimbra a.k.a. Zico, que a pesar de ser la gran figura emergente del Flamengo y con un enorme potencial muy evidente, fue marginado de los J.J.O.O. de 1972 en Munich por (se sospecha) los mismos motivos. Eventualmente Zico brillaría de tal manera que su exclusión por motivos extra futbolísticos sería increíblemente burda e incluso perjudicial para el régimen militar (que duraría hasta 1985) y a partir del mundial en Argentina sería eje central del Scratch.

Mientras Zico escribía su historia como uno de los mejores jugadores de su era, estrellas del Calcio Italiano en sus años de oro y mejor jugador de la historia del Flamengo, lo que había vivido Nando permanecía oculto excepto para la gente mas cercana. Solo 40 años después el mismo Nando supo que para el Estado Brasileño era considerado terrorista y subversivo y su situación se haría pública cuando ganó un juicio acogiéndose en una ley de Amnistía para todos los damnificados en ese período. Ante el estupor de la opinión pública por su renombre (al fin y al cabo se trataba del hermano de recordados futbolistas de renombre nacional), explicó que para no perjudicar la carrera de sus hermanos había cosas que no le podía decir ni a la familia, pero que finalmente, se sentía revindicado por que finalmente se había hecho justicia después de todo lo que vivió y todos los reconocimientos que vinieron posteriormente.  


Litros de tinta y horas de aire serán desperdiciados en observaciones moralistas que deporte y política no deben ir de la mano o al menos que el deporte no debe ser usado por la política, para caer luego en el vacío del olvido. Los hechos demuestran indefectiblemente que la política usa al deporte y viceversa también. Y si no es por conveniencia de una manera u otra se van a cruzar. Por ahí sería hora de ver como usa uno al otro en vez de negar la relación.

domingo, 25 de mayo de 2014

La Maldición

En el pabellón futbolero de la casa central de San Pedro, ahí nomás de la estratósfera, llegaron con pocos días de diferencia dos tipos con un origen común y un pasado también común en el mismo lugar, pero lejos de su tierra originaria: Eusebio “La Pantera Negra de Mozambique”
Da Silva y Mário “El Monstruo Sagrado” Coluna. 22 años antes había llegado alguien que había marcado sus destinos, un húngaro, Bela Guttmann. Y se reencontraron todos en febrero de este año. En una mesa de café allá arriba, tenían mucho que hablar, pero una cuestión que zanjar en particular.

Eusebio- ¡Maestro! ¡Tanto tiempo, tantas cosas para hablar, tanto para recordar!
Mario Coluna- ¡Señor Guttmann!
Bela Guttmann- Eusebio, casi no te reconozco. Es que me acuerdo de la vez que te ibas a ir al Sporting y te tuve que esconder una semana en Algarve. Coluna, me sorprende verlo aquí. Usted fue político y creo que a gente como esa no la dejan pasar por acá – Dijo Guttmann con su aire de superioridad y altanería características, además de un poquito de rencor.
MC- Si, creo que tenía que hacer algo por mi Mozambique. Lamentablemente no me han pagado con la misma moneda. Al final, me han quitado mi casa sin darme nada a cambio. Debí haber hecho como Eusebio y quedarme en Portugal – La resignación había ganado el semblante del “Monstruo”, mientras contaba esto
BG-  ¿A usted le fue mejor con los políticos en Portugal, no Eusebio? Siempre fue amigo del poder… - Chicaneó el húngaro
E- Podría haber jugado en algún otro club importante en Europa, pero “El Padrino” no me lo permitió. En realidad lo mío siempre fue el fútbol – Eusebio dijo con la clara intención de tirarla a la tribuna
BG- Y lo mío nunca fue la diplomacia ni la política, siempre pensando en ellos y nunca en la gente, siempre corriéndome de todos lados…
MC- Pero si lo era la táctica. El hecho de que me haya retrasado en el campo, mejoró notablemente mi juego. Y Eusebio adelante también.
E- Fueron años divertidos…
BG- Realmente no importaba como defendiéramos. Sabía que atacando íbamos a marcar mas goles que el rival. Pero tampoco había muchos equipos que supieran contrarrestar el 4-2-4, era un esquema revolucionario, verdaderamente estaba adelantado a mi propio tiempo – Dijo Guttmann absolutamente superado
MC- Usted lo dijo, sin jugadores como nosotros no hubiera ganado muchos partidos. Del señor que tengo a mi lado – señala a Eusebio -  muchos de los mas grandes de la historia lo pusieron inclusive por sobre ellos mismos
E- Usted una vez dijo que no había club en el mundo con la mística que tenía el Benfica… Al señor lo llamaban “Señor Benfica”. Cuando usted limpió a todo el plantel, asumió nuestro padrinazgo. Éramos todos muchachos que usted trajo de Angola y Mozambique – Eusebio le devolvió la pared a Coluna como cuando jugaban juntos
BG- Ustedes eran buenos. Pero solo una persona puede pasar de Porto a Benfica, despedir a 20 jugadores, apostar por juveniles africanos y ganar dos de Copas de Europa. Y ese era yo.
Guttmann estaba cortante, terminante, sin mucho lugar para la réplica. Sabía la que se venía. La nostalgia y los recuerdos definitivamente habían ganado la mente  y los corazones de los mozambiqueños
MC- Teníamos el mundo a nuestros pies. Literalmente.
E- Habíamos derrotado en la primer final al Barcelona. Pero haber derrotado después al Real Madrid, era un signo de que el poder había cambiado de lado, era nuestro momento… Esos dos goles en la final de Berna… Era mi momento…
MC- Y después usted se fue...

Guttmann ya estaba visiblemente incómodo. Su lenguaje corporal no denotaba la seguridad con la que se paseaba durante los entrenamientos, su tono de voz rígido había perdido consistencia y su mirada de hierro se notaba perdida como cuando pergeñaba en Budapest una manera radical desde el plano táctico para reconquistar el mundo.

BG- Bueno… eeeh… Yo siempre lo dije el tercer año es el de la debacle… El equipo pierde el hambre, tácticamente se vuelve previsible… A partir de ahí es todo cuesta arriba

Eusebio y Coluna echaron una mirada dura y fría que dejaba bien claro que no le creían una sílaba al 
húngaro.

BG- Aparte nunca tuve un lugar al cual pudiera llamar casa. No estaba en mi naturaleza tener un lugar al que pudiera llamar hogar. He pasado penurias, he vivido momentos díficiles lej...
MC- La historia dice que fue otra cosa…
La interrupción de Coluna fue como un cachetazo para Guttmann, que volvió en si mismo, en su ego, en sus percepciones magnánimas de si mismo.
BG- Aún recuerdo cuando me despidieron del Milan. El equipo iba primero y así todo me despidieron a pesar de no ser criminal ni homosexual. Y me pasó lo mismo que en Benfica. Yo era parte fundamental de todo eso. Yo lo armé. Me dijeron que estaba demente, que no tenía idea… ¿Porque iba a renunciar a eso? Merecía eso y mas. Era yo el único indicado para seguir el camino de la gloria y no otro.
MC- Una vez que probé como sabía la gloria no quería otra cosa. Era nuestro sueño ser los dueños de Europa toda esa década. Sabíamos que podíamos.
BG- Pensaron que sin mi iba a ser lo mismo. Pero se equivocaban, sabiendo que era así, ¿Cómo no iba a pedir mas dinero? Eusebio, ud. conoció el sueño norteamericano. Coluna, ud sabe lo que es perder todo, le pasó. Yo en Estados Unidos vivía a mi gusto. Pero lo había perdido todo en el viernes negro de Wall Street.  Un hombre como yo no puede valer nada. Y juré que nunca mas volvería a pasar.
E-  Pero 100 años es una pena muy grande para pagar.
BG- Benfica tendrá suerte si antes de ese tiempo se cruza a un hombre como yo. Y después también.
E- No entiendo porque es tan impiadoso. En 1990 fui a rezar a su tumba, a pedirle que rompa con esa maldición… Y sin embargo esa vez y muchas veces mas, las derrotas siguieron llegando…
BG- ¿Usted sabe que soy judío, no? Por ahí se equivocó de intermediario cuando rezó…
Eusebio con esa respuesta se desanimó definitivamente. Coluna se mantenía con esa calma que emanaba aquel que se sabía que tenía una autoridad natural. Pero la palabra seguía del lado de Guttmann.
BG-  De todos modos, ya no estamos en la tierra. No debería preocuparles el Benfica.
MC- Entre nosotros hay mas de 1000 partidos y 500 goles juntos en Benfica. Siempre nos han homenajeado y recordado por lo que hemos hecho por el club. Somos lo que somos por el Benfica. Somos el Benfica. Hasta el Porto ganó dos Champions en este período.
E- Siempre prioricé defender la camiseta. Incluso lesionado de las rodillas, siempre fui importante para el club y el club siempre fue importante para mi…
BG- Coluna, su puesto ahora lo ocupa Enzo Perez. Eusebio, su camiseta ahora la usa Rogelio Funes Mori. Creo que realmente si los hubieran querido homenajear, hubieran cuidado sus puestos.
MC- Ciertamente no me identifico con todo este equipo casi sin jugadores portugueses ni empresas fantasmas con el nombre del club en paraísos fiscales que aportan fondos sucios para acercar jugadores al club. Pero es el club por el que di todo y me dio todo.
BG- No veo que por eso tenga que cambiar mi posición.
E- Ni se olvidaron de usted, incluso tiene su propia estatua delante del nuevo Estádio Da Luz.
BG- Aparentemente todo eso tiene que ver con el tema este de la maldición. No tiene la sinceridad que un homenaje a  un pionero como yo debe tener. Podrían haberlo hecho antes. O pagarme.
E- O podrían haberlo hecho nunca. Y los dirigentes actuales que le levantaron una estatua tampoco cometieron el error de no pagarle.
MC- La suma de todo lo que hacemos todos los benfiquistas por este club es lo que lo hace tan grande. Usted debería estar orgulloso por lo que hizo en este club esos dos años cubriéndolo de gloria, ha dirigido a grandes jugadores en todo el mundo... No obstante, usted es mas célebre por una maldición de 52 años sin títulos. Ese fue su único legado.
BG- Señores, creo que ustedes se equivocan. En primer lugar yo he hecho mucho por este juego. En segundo lugar yo no he echado ninguna maldición…
E- ¿Pero como que no? Hemos jugado 7 finales en 52 años y las perdimos todas, hemos perdido por penales, en la prórroga, en tiempo de descuento ¿Cómo que no hay maldición?
BG- Yo no juego los partidos desde el cielo, no desvíe los penales esas veces, no puse el  cabezazo bombeado de Ivanovic por sobre el arquero. Esas son todas cosas que quedan para los supersticiosos. Solo es sentido común. Si un club prescinde de un entrenado genial como yo por no valorarlo, entonces no tuvo, tiene o tendrá posibilidad de lograr nada mas importante.
E- Pero desde que se fue de Benfica usted solo ganó una li…- Como en los tiempos en los que defendían a Benfica, Coluna miró a Eusebio y este se contuvo.
MC- Sabemos que a usted siempre le interesó predecir el futuro. Todos sabemos lo que pasó desde ese día a esta parte. Usted ya no está en la tierra, pero sus palabras aún retumban en las instalaciones y en el alma de millones de benfiquistas en todo el planeta. Por favor, le pido que desde aquí haga lo que pueda para revertirlo. La gente en Benfica sinceramente le debe gratitud eterna. Lo menos que puede hacer es retornar algo.

Guttmann quedó mirando a un punto perdido. Eusebio y Coluna apuraron el café y se fueron con la esperanza de que además de su legado en la cancha, dejaban un legado desde el cielo. Solo había que esperar que llegada la oportunidad, Guttmann dejara su ego de lado.

Aproximadamente tres meses después de la charla, llegaba esa oportunidad y a Benfica le quedaba solo una piedra en el camino para romper la maldición. Una piedra con la que había tropezado siete veces.
El escenario era ese estadio con aires de palacio modernoso que es el Juventus Stadium y el rival era el Sevilla. Ambos tenían motivos para pensar que tenían una cita con el destino: Sevilla había ganado esta competición en dos oportunidades anteriores, clasificaron porque Rayo y Málaga (clasificados por mérito deportivo) fueron sancionados por la UEFA con suspensión y en las semifinales clasificó con un gol agónico en el cuarto minuto de descuento. Por su parte Benfica afrontaba su segunda final de Europa League consecutiva, venía de arrasar en el plano doméstico y volvía después de una semana a ese mismo estadio, donde había eliminado al local después de haber aguantado con dos jugadores menos.
 A  la hora del partido, el Benfica jugó mejor que el Sevilla, pero perdió chances claras y a medida que el partido iba avanzando se le iba haciendo cuesta arriba. Llegados los penales un portugués vio que era su momento. Un portugués que salió de las inferiores del clásico rival de Benfica y atajaba en Sevilla. Benfica sumaba su octavo tropiezo en 52 años y la maldición de Guttmann seguía.


Hay gente con la que es muy difícil hablar. Ya sea porque se creen superiores a la situación, ya sea porque no tienen carácter para aguantarse que les digan algo negativo, porque no tienen el coraje para afrontar una situación o simplemente porque son hipócritas. Indefectiblemente, hay cosas que se arreglan necesariamente hablando cara a cara. Pero siempre está la posibilidad que haya cosas que hablando cara a cara no necesariamente se arreglan. Los mozambiqueños tienen la oportunidad de tomar varios cafés por mas difícil que sea demoler el ego de Guttmann. Es mejor eso que esperar 48 años mas para ver al Águila volar sobre toda Europa.

lunes, 5 de mayo de 2014

Paseando por Colombia: Rencor



Remera de Candelo para la dama
No sabíamos si íbamos a llegar a ir. Nuestra voluntad estaba, pero la información era cuanto menos contradictoria. Algunos decían Sábado, otros Domingo. Finalmente fue Sábado y pudimos ir. Hablo del Nemesio Camacho Díez a.k.a. “El Campín de Bogotá”. Los preparativos comenzaron el día anterior, un día no sin pocas eventualidades. Nos dirigimos a un inmenso centro comercial local a una tienda oficial de Millonarios que era el lugar mas cercano donde se podía efectuar la compra del “tiquete” para el partido de los azules contra Patriotas de Boyacá, equipo cuyo mayor mérito fue haber ascendido en una promoción con el América de Cali. En retrospectiva, el hecho de que se vendieran prendas femenina con la cara del ex Vélez Mayer Candelo, debió hacernos suponer que el espéctaculo al que asistiríamos podía venir un poco flojo de calidad. Después procedimos a seguir con nuestro paseo de compras entre descuentos, descuentos mas brutos y no descuentos, para dar paso a la RUMBA nocturna pletórica de fieles representantes del hermosísimo universo femenino local.
La previa a la nocturnidad merece un párrafo aparte ya que encontramos un cabeza de termo futbolero alemán. Un tipo que va a la irreductible, picante y remota Isla Maciel para ver que onda con un partido de Telmo en vez de quedarse con la comodidad del imponente CommerzBank Arena de su Eintracht Frankfurt querido no merece menos que otro calificativo. Asimismo también visitó otros lugares donde la integridad física es lo último que te garantizan como un Banfield-Lanús,  Chaca y Platense entre otros lugares de Sudamérica.  Además contó como se enganchó con el lado folklórico/termocéfalo del fútbol y no podía creer que la penosa melodía de Scorpions (Banda que me gusta a pesar de ese tema) intitulada “Wind of Change” llegó a los cancioneros de las hinchadas argentinas.

Después de atar cabos entre la historia prehispánica y la narcoactualidad de Colombia y de finalmente comprender como carajo funcionaban los taxímetros en Bogotá gracias a uno de los antes mencionados exponentes, llegaba la experiencia futbolera en carne propia. La posta, la que tiene mas sentido, porque si bien las otras tenían vinculación al juego, no hay nada como ir a la cancha.
No sabía que esperar puntualmente de toda la experiencia. Sabido es que una de las grandes exportaciones culturales de la Argentina para toda la Sudamérica hispanoparlante es la cultura de cancha y del aguante, con lo bueno y con lo malo que esto tiene. Lo que había un poco mas de certeza era que iba a encontrar un inmueble en buenas condiciones ( La última remodelación databa de la previa para el mundial Sub-20 del 2011) y que lo que iba a ver dentro de la cancha no estaba en tan buenas condiciones: Como ya se había dicho en el párrafo anterior, la manija de Millonarios era Mayer Candelo y el preconcepto del jugador que fracasó en Vélez porque era gustoso de la joda no iba a cambiar por unas vacaciones.
Los Comandos Azules con el cantante de Mala Fama (?)
Una vez allí, estaba el Nemesio Camacho Díez. Realmente no se advertía un estadio imponente, al menos desde afuera. La cuestión es que ya desde el acceso se podía prever que la concurrencia iba a ser importante y el marco aceptable. Nos dirigimos hacia el acceso que correspondía a nuestra platea cruzándonos en el medio al puñado de hinchas visitantes que recorrieron los 130 km. que separan Bogotá de Boyacá y lo que vino después no fue muy diferente de lo que puede ser cualquier cancha argentina: entrada en la mano, doble control de la misma y doble cacheo. Pero una vez adentro, quedamos gratamente sorprendidos, la boca de acceso que nos tocó en suerte, nos depositó en un lugar a centímetros del césped dando la sensación de que en vez de ingresar a la platea, entrás directamente al campo, como si fuera un recital. A falta de poco menos de una hora para el comienzo del partido tuvimos tiempo para  buscar la mejor ubicación posible y para apreciar la peculiar arquitectura del estadio, con tribunas de escasa inclinación (por eso no parecía tan imponente pero de importante capacidad) y compuesto por dos anillos o bandejas superpuestas, pero en una mitad del estadio la anillo superior es mas amplio que el inferior y en la otra mitad del estadio es simétricamente al revés, con la estructura cambiando en la mitad de las tribunas cabeceras. Cuando ya tuvimos tiempo de hacer todo esto, delante nuestro los jugadores del máximo ganador de campeonatos en la historia de Colombia salieron a hacer movimientos precompetitivos donde ovacionaron a todos y a cada uno de sus jugadores y me enteré que Fabián Vargas, no solo seguía jugando al fútbol, sino que lo hacía en el popular equipo capitalino.
Terminados estos movimientos y con un marco mas que decente, los jugadores volvieron a los vestuarios y salieron cambiados para jugar, pero antes fuimos testigos de un acto de regionalismo violento, no por las formas, sino por lo intenso. Antes del saludo FIFA, primero sonó el himno colombiano acompañado de un silencio respetuoso, seguido del himno de Bogotá. Nos miramos entre los tres mientras unos 30.000 santafereños (pero no de Independiente Santa Fe) cantaban enajenados a los gritos y hacían un gesto similar al saludo fascista, pero con el pulgar y el índice formando un círculo y los tres dedos restantes apuntando hacia delante. Algo así como el gestito de idea de Balá pero nazi. Al toque empezaron a cantar que no son provincianos, lo cual reforzó nuestra sorpresa (porque no habíamos tenido indicios concretos de ese unitarismo cafetero) y nuestra idea de que había un tufillo facho en el aire.

Cuando la pelota empezó a rodar, mis sospechas sobre el espectáculo en general se fueron confirmando. Fuera del campo sonaban las mismas canciones que en Argentina, solo que el ritmo y el tiempo era levemente deformado, sumado al hecho de que hubiera dos barras en cada cabecera cantando canciones distintas, tampoco generaba un clima coherente (Una de ellas contaba con la ilustre presencia del cantante de Mala Fama). Dentro del campo no había mucho para disfrutar tampoco: se practicaba un fútbol cansino, sin pressing al rival, que permitía al que tuviera la pelota, tres o hasta cuatro tiempos para controlar y buscar a un compañero. En cuanto al equipo local, un esquema totalmente desequilibrado con jugadores incómodos en su roles, sufría ante un equipo boyacense que tenía absolutamente todas las limitaciones técnicas que un equipo de fútbol puede tener. A tal punto que cuando el lateral derecho pasó al ataque para volver necesitó un GPS porque no sabía donde estaba. La cuestión es que después de 20 minutos (y fueron tantos porque había uno atrás que gritaba los goles antes) el partido perdió sentido: Mayer Candelo mandó a la red una bocha que quedó boyando después de un tiro de esquina. Después de un breve grito de descarga se dio un festejo muy particular: un canto escasamente imaginativo y monocorde que decía “gol, gol, gol, gol, gol” 
A partir de ese momento si los muchachos de Patriotas tenían la posibilidad, daban el partido terminado ahí, porque la verdad que no tenían ni un elemento para meterse en partido de vuelta, aún con el esquema de Millonarios que lo dejaba expuesto a un riesgo innecesario incluso ante un equipo absolutamente inofensivo.  Quedamos con tiempo para diseccionar a Millonarios con un par de buenos valores y otros no tanto, como el número 4 de movimientos ampulosamente rústicos, ver como “El Vengador” Delgado cruzó toda la cancha para tomar un tiro libre y como Dayro Moreno firmaba un hat trick mostrando un amplio repertorio: un viril remate cruzado, un oportunista canillazo a centímetros del arco y un delicioso y sútil toque por sobre la impotente humanidad del arquero boyacense.


Se me pegó una canción por ritmo y por letra que decía: Jamás, Jamás, he dejado de ser tuyo, lo digo con orgullo: Del Millo y nada mas. No me hice hincha de los azules y la canción me da muy gallina pero jamás,  jamás pasará al olvido la visita al Campín. Aunque sea que se recuerde como la tarde que fui el único cabeza de termo entre mas de treinta mil tipos que no aplaudió a Mayer Candelo.  

lunes, 21 de abril de 2014

Paseando por Colombia: Un miércoles

Taganga es una especie de suburbio samario, pero tiene un aire mas a pueblo aislado. Se encuentra en una ensenada detrás de unas sierras que dominan el paisaje de un lado, mientras que del otro está una playa de no más de 600 o 700 metros (Igual nunca fui bueno para medir distancias) con sus lanchas turísticas y pesqueras. Allí mismo empezó ese miércoles, mi miércoles.
La decisión había sido tomada: Íbamos a pasar nuestro último día de playa en una llamada Playa Cristal. Luego de una contradictoria y agresiva campaña comercial, que incluyó una piedra arrojada a Marian por un niño que parecía local, pero poseía costumbres típicas de Saavedra, nos subimos a una lancha que nos dejó allí. Lo que pasó después casi que no viene al caso: un fantástico rato de snorkel, un baño en las aguas cristalinas de la playa y el regreso en la lancha al mando de un capitán que tenía no menos de 16 cervezas Águila encima. Cabe consignar que como era un tipo responsable, todas ellas fueron Águila Light. Después vino el viaje en buseta, donde cada viaje es una experiencia única, con busetas tipo boliche o conos de la policía entre el pasaje.

Sabia en una buseta en Santa Marta
Pero todo lo anterior es bastante relativo. Yo soy muy hincha de Vélez y ese miércoles jugaba Vélez. Para mi, un día en el que juega Vélez es un día que está enteramente cruzado por el partido, el resto es tiempo muerto. Una vez vuelto de la playa y llegado el horario del partido, me acodé en la barra del bar del hostel a ver el partido. No tengo dificultades con el inglés, pero explicarle a la alemana de la barra que ponga Fox Sports en la tele fue una tarea un tanto compleja: le tuve que explicar que quería ver un partido, que estaba en Fox, y que había tres señales distintas de ese canal, que fue lo mas complejo de hacerle entender. Una vez resulto este leve percance (afortunadamente antes del comienzo del mismo) hasta aproximadamente los 30 minutos sufrí el partido (Como siempre que lo veo televisado) en soledad. A partir de ahí, percibo que la alemana de la barra se sienta en la caja, sita frente a donde yo estaba viendo el partido y me empieza a mirar con detenimiento. Por la cara que ella tenía, supuse que tal vez debía tener una cucaracha caminándome por la cara, o algo así, porque no era normal su escrutinio.

40 minutos del primer tiempo. Se acerca Marian. Pregunta por el resultado del partido. Le aviso que cualquier desgracia futbolística que ocurra será pura y exclusiva responsabilidad suya. Por un lado era una actitud justa, porque ya tenía en su haber un acto extrafutbolístico que lo hacía pasible de asumir la responsabilidad por cualquier cosa (futbolística o no) que saliera menos que perfecta, pero por el otro era injusto, porque realmente habíamos perdido el control del partido aún ganando. A partir de ahí la debacle: En realidad seguíamos ganando, pero la presencia de Mariano desató la debacle mía propia: La alemana se decidió a hablarnos.
Para quien nunca estuvo en un hostel, este es un lugar donde la gente interactúa constantemente. Podés tener una habitación para vos solo e incluso el raro privilegio de baño propio, pero el resto de las facilidades invariablemente se encuentran en espacios comunes. Como la gente que está ahí está toda mas o menos en la misma, las chances de que un británico/escandinavo/ibérico/asiático/alienígena tenga ganas de practicar su español con vos es tremendamente alta. El tema es que yo quería ver a Vélez y tomar una birra sin que me rompan las pelotas, la concha de su puta madre. Pero la alemana decía que nos conocía de algún lado, nos dijo por donde estuvo, le intenté explicar que por ahí nos recordaba del sábado anterior, nos buscó por Facebook, me siguió mirando, preguntaba... hasta por ahí me la garchaba y todo... Pero ojalá hubiera acabado ahí (no en el garche, si no en poder ver el partido concentrado). Los 5 primeros minutos del segundo tiempo fueron tremendos para Vélez porque los brazucas se vinieron con todo. Ese período coincidió con que se me acercó una señorita belga de un aspecto que hacía suponer una mayor edad de la que ciertamente poseía y transitivamente cierta inestabilidad mental. No me acuerdo que hablamos, pero mas o menos coincidió su partida con el último cascotazo al rancho de Sosa.

No era apto para sociabilizar en ese preciso momento y parecía que, a falta de 40 minutos, el entorno, se había dado cuenta. ERROR. CLAMOROSO ERROR. 5 o 10 minutos después se me acerca un holandés que se parecía a Piero. A los 2 minutos un espantoso marcaje de Vélez en una pelota parada puso el empate y como era lógico tratándose de mi, vinculé su presencia con la llegada del gol rival y le asigné poderes mufísticos, pensé que quería que me saquen al cascote naranja de al lado y Máxima y la concha de su hermana. Y no paraba de hablarme, encima. Y no solo no paraba de hablarme, sino que me acercaba la cara al hablar. Por una cuestión de educación, acomodé un poco mi lenguaje corporal hacia el otro televisor para que pareciera que lo escuchaba y no piense que ignoraba lo que tenía para decirme en su áspero español. Justo en el mismo momento que él mismo hizo el chiste que se parecía a Piero y que verdaderamente fue un alivio, llegó el otro alivio, el que me importaba: el Oso Pratto después de su patriada número mil, conectó una volea cruzada a la carrera notable para el 2 a 1. Después vino el otro momento en el que el Piero holandés consiguió distraerme brevemente del partido, cuando me dijo que era fan de Hermética, el resto de la charla trascurrió entre su anguloso poco y fluido español y mi modo piloto de simulación de sociabilización. Después cayó Marian (después de un partido de pool con el Peti y probablemente en breve descanso de sus extenuantes labores en el celular) a ver el tramo final del partido.

Pero lo mas loco estaría por venir. Con el partido agonizante, Velez quedó en una situación de contraataque de manual: Tres atacantes contra dos defensores con Canteros al manejo de la pelota, Pratto tira la diagonal para afuera y Canteros queda en posición central para sacar un latigazo de derecha haciendo estéril cualquier resistencia del golero paranaense. Grito el gol y el Piero holandés también lo grita y me abraza. Y un gol tiene eso, en la alegría uno se funde en un abrazo con un extraño no importa quien fuera porque lo que importa es el sentimiento, compartir la alegría. Aunque sea el Piero holandés a 5.370 km del Amalfitani en Santa Marta, Magdalena, Colombia.

lunes, 14 de abril de 2014

Paseando por Colombia: 5 Minutos

La siguiente es una serie de entregas que recopilan tres anedas futboleras de mi paseo por Colombia. La idea era hacer algo en el estilo la crónica contando mi visita al Estadio Azteca, pero tampoco quería que la historia se limitara a una visita al estadio. Sin mas preámbulos, la primer entrega:

La verdad es que las vacaciones venían bien. Habíamos pateado Bogotá y Cartagena bastante, habíamos tenido un par de días de playas paradisíacas, la noche nos había mostrado algo de lo bueno que tenía para nosotros, pero a mi me faltaba algo mas. Lo que nos pasa a tipos como yo: tipos que respiramos, comemos, tomamos, vivimos fútbol. Un domingo santafereño bucólico, frío y lluvioso recibió a tres tipos cansados, escasamente dormidos y ni enterados que después de las 16 lo único que la ciudad tenía para ofrecer era un Millonarios-Itagüí. Por otro lado, Cartagena D Indias era diametralmente opuesta, con su clima cálido y húmedo, su caos ruidoso e indolente, sus playas fantásticas a mano, su encantadora ciudad amurallada, RUMBA... pero no fútbol. Si, todos iban con sus remeras de Colombia y te hablaban del Diego si se daban cuenta que eras argentino, especialmente si te querían vender estupefacientes; era evidente que en Cartagena "la del Diego" no es una jugada característica salida de la zurda del 10, sino... bueno, la que entraba en su nariz... Pero no fútbol.

Nos fuimos de Cartagena a un destino que sabía que tenía algo que iba a calmar mi ansiedad. En el medio estaba Barranquilla. La verdad es que el tramo de esa especie de circunvalación barranquillera que nos tocó recorrer nos mostró una cara muy fulera de la ciudad, pero a su vez me mostró las primeras postales de la Colombia que vive y siente el fútbol de una manera cercana a la de uno. También me mostró porque Teo Gutiérrez si tiene que sacar un fierro en el vestuario, lo saca. Esta avenida perimetral nos llevó a metros del Estadio Metropolitano, donde la Selección Colombia se hace fuerte de la mano del calor húmedo asfixiante de la ciudad costeña. De todos modos lo que mas se nota es que el Junior no solo es el representante de la ciudad, sino también que Junior es Barranquilla. Su gente llevando la divisa mientras efectuaba su actividad diaria, los locales callejeros ofreciendo imitaciones bastante fidedignas de la camiseta original, su insignia o su mascota (un tiburón) estampado en casi cada local comercial cualquiera fuera su ramo, eran prueba inequívoca de que Barranquilla es futbolera y su corazón late al ritmo del Junior.
Dos horas después de atravesar Barranquilla estábamos en Santa Marta, una ciudad con tradición futbolera y con un calor y una humedad mayores a los de Cartagena, cosa que pareció increíble para mi. El escudo de su equipo local, el Unión Magdalena (Magdalena es el río que da nombre al estado del cual Santa Marta es capital) también decora las paredes de no pocos locales comerciales y su divisa azulgrana enfunda los torsos de un número considerable de orgullosos locales. Además es la tierra del hombre en cuya rodilla maltrecha descansa buena parte de la obsesión y los sueños de Colombia de cara al mundial 2014, Radamel Falcao García. Pero no es el ciudadano mas ilustre de Santa Marta, el samario por excelencia es otro.
Yo estaba ansioso por ir. Creo que los tres estábamos ansiosos después de saber que su estatua estaba ahí. En realidad estoy bastante seguro. Hicimos la burocracia correspondiente en el hostel, preguntamos como ir y salimos para allá. Creo que ni me cambié la remera, que era la que había usado para salir a rumbear en Cartagena la noche anterior y la usé para viajar (en una mochila no entra toda la ropa que uno quisiera llevar). Caminamos un poco bajo el calor sofocante por la costanera de la ciudad que detenta una pequeña y poco atractiva playa entre el puerto con sus grúas y containers apilados y el muelle con embarcaciones privadas, renegué porque los cajeros no me querían largar plata, nos enteramos que Bolívar había fallecido allí, pero el propósito que nos movilizaba era otro. Cuando nos dimos cuenta que la ciudad no tenía mucho mas para ofrecernos, nos subimos a un taxi que nos llevara hasta allá. El taxista que nos llevó estaba al tanto de lo que pasaba en el fútbol. Cuando le instruimos donde íbamos, la charla salió sola. Compartimos conceptos acerca del fútbol europeo y nos pintó toda la data del Unión: que llevaba 10 años languideciendo en la segunda división colombiana, que su apodo era "El Ciclón Bananero" (por los colores de cierto club argentino y por el cultivo típico de la zona), que el estadio donde la estatua será demolido y reconstruido para unos Juegos Bolivarianos, por lo que el Unión está haciendo de local en Barranquilla, que había gran rivalidad con el Junior y nos contó, con una pena subyacente y evidente a la vez, que el famoso samario de la estatua pasa mas tiempo en Barranquilla que en Santa Marta.
 

A veces pasa que la expectativa por llegar a algo o que ese algo llegue distorsiona la dimensión temporal. Bueno, eso. Pero ahí estábamos: La placa decía que era un monumento  al fútbol colombiano, corporizado en ese samario famoso, de desplazamiento escaso y lento, pero siempre de pelota al pie y un ojo para el pase imposible: un Pibe Valderrama inmortalizado en 4 metros de bronce, sus rasgos faciales enteros y una porra rubia pletórica de cabellos enrulados. Fueron 5 minutos donde lo apreciamos, nos sacamos un par de fotos, nos quisieron vender pelucas y un barra nos pidió una moneda para que los muchachos puedan viajar a ver al Unión donde no es local sino locatario. Fueron 5 minutos, cortos, por la inmensidad del espacio temporal y por la admiración a un monumento que verdaderamente honra al ídolo local. Fueron 5 minutos, largos, por lo intenso, por tener a la leyenda ahí. Fueron 5 minutos, pero no fueron solo 5 minutos. 

martes, 11 de marzo de 2014

Mandale Cassette: Son Partidos

El mejor amigo del declarante
La proliferación de medios periodísticos, blogs y redes sociales que elaboran su contenido pura y exclusivamente enfocados en el deporte mas hermoso del mundo (por lo general abradado con mucha mas seriedad y criterio desde estos canales alternativos que desde los medios tradicionales) hace que se genere una saturación de lo que es el público futbolero. Entre puteríos varios como ser en que vestuario cual jugador está peleado con otro, cual plantel le hace la cama a su técnico o cual jugador se acuesta con una señorita menor de edad para eso pero de edad suficiente para mostrar el ojete mientras baila en un programa de música tropical; cada tanto ocurre que se filtra la declaración de algún futbolista analizando al rival que viene, para el espanto de generadores y consumidores de información amarillista. Estas conferencias de prensa o entrevistas trascurren bajo la siguiente dinámica: futbolistas o periodistas (en casi todos los casos semianalfabetos funcionales) hablando antes de los partidos de los partidos por desarrollarse mediante preguntas que ya están categorizadas a priori por generaciones previas de periodistas y respuestas que están categorizadas a priori por generaciones previas de futbolistas. La idea de esto es recopilar la categoría de “respuestas sobre partidos” a priori según Kant. A continuación distintos tipos de partido que se pueden dar en la previa:

Partido Aparte: El protagonista dirá que se tratá de un “partido aparte” en las vísperas de un Clásico. Dirá que el clima siempre es diferente, que no importa el historial y no importa si los equipos llegan bien o mal. Lo que probablemente el protagonista no diga es que también se trata de un “partido aparte”  ya que un triunfo en un clásico les permitiría tapar una campaña que viene siendo horrible y que, excepto ese éxito oportuno pero aislado, les dará crédito para que siga siéndolo y no pase nada.

Partido Bisagra: La bisagra es un elemento articulado que une una abertura (puerta o ventana) con su marco respectivo de modo que esta pueda girar. Un “Partido Bisagra” es un partido que determinó o determinará
un cambio en las fortunas del equipo. Previo a los partidos si un equipo viene mal, el protagonista declara esperanzadamente que el partido que viene es uno de estos, aunque también puede utilizarse si un equipo viene corriendo de atrás y necesitá un empujón definitivo en pos de lograr el objetivo. De todos modos, es un término que resulta preciso cuando se usa retrospectivamente, caso en el cual también sirve si los triunfos también le empezaron a dar la espalda a un equipo. Mas allá de la utilización práctica, no entiendo la relación entre una bisagra y un partido de fútbol, en todo caso que le manden W-40 (?)

Partido de 180 Minutos: De uso exclusivo para competiciones continentales. A la hora de afrontar una serie de eliminación directa con partidos de ida y vuelta, el protagonista invariablemente dirá que “Vamos a afrontarlo como un partido de 180 minutos” sin importar que el gol de visitante puede llegar a contar como factor en caso de empate, que 90 de esos 180 minutos son en un ambiente favorable en condición de local y los otros 90 pueden ser en Congodia, en los 8.000 mts. de altura en alguna ciudad de Ecuador, en el Centenario con uruguayos cebando mate en un cráneo de un visitante del partido anterior o en un estadio en Saavedra Brasil con 84.000.000 de monos tití tirando piedras cuando llegue el micro visitante; es un partido solo y se afrontará (Al menos desde la previsón dialéctica) así. Si el resultado es adverso al cabo de esos 180 minutos, seguro después vendrá la autocrítica “Lo perdimos allá” o “lo perdimos acá” según el desarrollo.

El especialista en partidos de 6 puntos dice: I WANT YOU!
Partido de 6 Puntos: Esta aberración aritmética con el fin de tal vez aumentar la importancia de un partido, está definitivamente instalada como expresión entre protagonistas, periodistas y público en general alrededor del planeta Tierra. Se trata de partidos entre equipos que en ambos casos vienen tratando de escapar de las posiciones del descenso. La idea que en estos enfrentamientos directos (que suelen ser decisivos a la larga) un triunfo implica la posibilidad de sumar mientras que el otro indefectible y lógicamente no lo hace, de esa manera acortando la desventaja/aumentando la ventaja, lleva a muchos a sostener desde un punto de vista aritmético (Justo es decir que el Promedio distorsiona esta perspectiva) que estos partidos SI valen 6 puntos. No, fiera, te dan tres puntos como en todos los demás y si el rival pierde no le descuentan, en conclusión, valen tres igual. Puede llegar a escucharse esta expresión en partidos por la punta o que definan una plaza en una competencia internacional, pero es de uso preponderante en la tabla de abajo.

Partido de X Puntos (Considérese X como una cifra mayor a 6): Es un poco como el primo bobo (?) del anterior y se usa para aumentar la significancia del juego. Suele ser un enfrentamiento directo entre dos equipos que pugnan por no descender, pero que están un poco mas hasta la poja que el resto y que si no ganan este, no ganan mas y sellan su suerte. Nótese que mayor la cantidad de puntos que se inserten en X mayor la importancia del partido o mas hasta la poja están los involucrados. De uso exclsivo de partidos por el descenso.

Partidos de Alto Riesgo: De uso exclusivo de los Organismos de Seguridad y repetido hasta el hartazgo por periodistas e hinchas cuando preveen que va a haber goma entre hinchadas antagónicas o entre facciones de una misma parcialidad. Suelen programarse días de semana a la tarde si no generan interés de los medios para televisarlos en horarios decentes.

El famoso partido de Vida o Muerte
Partido de Vida o Muerte: Expresión no excluyente con algunas otras e incluso utilizando para magnificar su efecto. Suele ser recibida con beneplácito por parte de los hinchas ya que “dejar la vida” o “jugar a muerte” es uno de los máximos niveles de compromiso verbal por parte de un protagonista de cara a un partido venidero. Cierta parte del periodismo se quejará y dirá que “Es un partido de fútbol, hay que bajar el dramatismo” mientras que aumentará el dramatismo mediante otros medios mas sutiles.

Partido Especial: Si bien puede aplicarse al igual “Partido Aparte”, esta expresión refleja los sentimientos de un jugador que enfrenta a un equipo al que defendió anteriormente. También evocará “los buenos momentos” que pasó allí (Que incluyen un descenso y cuatro aprietes de la barra), dirá que tiene ganas de ver y saludar a sus ex compañeros, cuerpo técnico, utilero, masajistas, dirigentes, Departamento de Prensa, alcanzapelotas y camilleros de los cuales guarda un gran recuerdo de su paso (Con los que no le quedó uno sin pelearse) y que espera que la parcialidad de su equipo anterior lo ovacione (aunque haya forzado su salida el al negarse a firmar un nuevo contrato y no presentarse a entrenar, para pegar un económicamente suculento pase a la B de Malasia y volver al país 6 meses después tras fracasar y priorizar a su actual club por sobre el anterior)

Partidos Fáciles: NO HAY. Cualquier protagonista negará enfáticamente su existencia ante la mas mínima sugestión acerca de un partido fácil, incluso se trate del jugador mas soberbio o del mas cabeza de termo para ningunear a un rival. Si se trata del favorito en un duelo a priori desparejo, el protagonista destacará un atributo del rival aún si no fuera suficiente para equilibrar las fuerzas y no fuera verdad (“X es un equipo ordenado”)  y sacará una frase hecha del tipo “en la cancha son 11 contra 11” y citará un ejemplo de un batacazo en cualquier lugar del planeta y en cualquier momento de la historia del fútbol. Si se trata del que va de punto en un duelo desparejo, el protagonista dirá que tienen sumo respeto por el, pero que están preparados y citará un ejemplo de un batacazo en cualquier lugar del planeta y en cualquier momento de la historia del fútbol (Si se trata de un equipo uruguayo que

va de punto el ejemplo indefectiblemente será el Maracanazo). A tal punto se niega la existencia de los “partidos fáciles” que aún así el trámite haya sido desparejo el ganador dirá que fue un partido difícil y destacará un atributo del rival aún si no fue suficiente para equilibrar las fuerzas.

Partidos Finales: La expresión utilizada en realidad es “afrontar este partido como una final” cuando claramente no se trata de una final. Una de las características del Promedio del Descenso es que al momento de iniciarse una temporada, de antemano condiciona a un equipo a jugarse su permanencia sin haber podido probar que es capaz de pelear algo mas importante. Es por este motivo que escuchamos al comienzo de cada temporada expresiones ridículas del tipo: “Nos quedan jugar 38 finales”

Partido Por Los Puntos: Tiene la particularidad de ser una frase que no se usa en consonancia con su sentido literal, si no en un ámbito absolutamente opuesto. Suele usarse a la ahora de afrontar un clásico o un partido de rivalidad particular en el que se juega por el orgullo mas que por ponerse a punto, pero a la hora de los partidos por los puntos, se archiva hasta la próxima pretemporada. 


Partidos Que Hay Que Jugarlos: La expresión “Los Partidos hay que jugarlos” es el complemento infalible, la continuación obligatoria de la frase “No hay partidos fáciles”, aún así se trate de un amistoso de pretemporada contra un equipo de la Liga Mercedina. La lógica indica que todos los partidos hay que jugarlos, aunque Colón contra Rafaela y Tigre en la final de la Sudamericana en el segundo tiempo demostraron que no es así.

viernes, 14 de febrero de 2014

A Contramano: Pet y los años del Maracanã

Saudade sem fim
Continuando con el suspenso que dejé de la parte anterior, la ola de privatizaciones que se dio en el fútbol brasileño  a fines de los 90’ y a comienzos de los 2000 se llevó puesto al Flamengo que fue gerenciado por la firma ISL. Esta firma suiza había prometido armar un timaço y para eso se acordaron de aquel serbio que la había descosido en Vitoria un par de Brasileirãos atrás. Por ese motivo pusieron 7 palos verdes para traer a Petkovic al lugar de donde nunca se quiso ir: la tierra del Orden y el Progreso (?). El cuadro flamenguista contó con un Petković (o Pechi o Pech) que hizo un aporte medido en la retención del campeonato Carioca y con sus 14 goles en 23 partidos no pudo torcer el andar de ese equipo en la paquidérmica y bizarra versión del Brasileirão del 2000 que se jugó bajo el nombre de Copa João Havelange.
El año 2001 se convertiría en el año en el cual Pet empieza a convertirse en parte del patrimonio futbolístico/folklórico del fútbol brasileño. Mas precisamente porque el serbio se robó el show en la final del torneo Carioca. Vasco da Gama (Ganador de la Taça Río) tenía un equipo comandado por dos “craques” llamados Juninho: el rubio enganche de origen Paulista y el medio/todocampista de extracción pernambucana (?) también conocidos como Juninho Paulista y Juninho Pernambucano y llegaba (al igual que en ocasiones anteriores) con ventaja deportiva ante el campeón de la Taça Guanabara, Flamengo, es decir que la igualdad lo coronaba campeón estadual. En la ida, el conjunto Cruzmaltino se encontraba perdiendo a falta de 15’, gol de Pet mediante, pero se llevó el partido de virada, como se dice por esos pagos. El partido de vuelta en el Maracanã no fue menos electrizante. Una derrota por el déficit de un gol daba la ventaja al conjunto del navegante portugués (?).  Edilson puso el 1-0 para Flamengo, ventaja que fue anulada cuando Juninho Paulista hizo esteril la resistencia de Julio Cesar. En el segundo tiempo nuestro héroe de este lío, salió mostrar su juego. Mediante su gambeta y cambio de ritmo, desarmó la marca escalonada de la defensa del Vasco y puso la pelota en la cabeza de Edilson para poner la igualdad que seguía favoreciendo al Vasco. A falta de dos minutos llegaría ese momento que Pet y todo el Mengão esperaban, ese momento donde con solo una simple acción, un solo simple movimiento, un hombre pasa a ser patrimonio de millones, que lo adoptan inmediatamente y esa simple acción pasa a la eternidad, al bronce. Momento que se presentó en forma de un tiro libre en el rango de los casi 30 metros, en la línea del poste izquierdo del arquero, ideal para un zurdo. Salvo que tengas un pateador derecho con la calidad de Petković. Pet voló la pelota por sobre la barrera para que caiga justo en el ángulo de la valla de Helton. Locura, explosión, título para el Flamengo e inmortalidad para el muchacho que llegó desde Serbia.
Otro memorable tiro libre suyo a Sao Paulo (su marca registrada a esta altura) le dio otro título y la clasificación a la Libertadores a Flamengo, pero el segundo semestre fue desastroso para todos lo que tuviera con los de Gávea, que casi se van al descenso, probablemente distraídos por el camino a la final de la MERCOSUR que finalmente vería al Rubro Negro caer en Almagro Boedo en el Bajo Flores ya en el año 2002. Ese año vendría torcido todo porque el Fla fue un desastre en todo lo otro que jugó, incluido la Copa Libertadores. ISL, que estaba detrás del proyecto, se fundió, en lo que fue uno de los mayores escándalos de corrupción en los que FIFA se vio involucrado. A mediados del 2002, la situación era un callejón sin salida. O solo con salida para Petković. Una salida con forma de Síndrome de Estocolmo (?) hecha corporización en el Vasco Da Gama. No es infrecuente en Brasil que un jugador juegue en más de un equipo de una misma ciudad, pero no en el caso de que pase directamente de club a club y menos tratándose de un jugador que estaba en su pico de rendimiento y que era idolatrado por su club de procedencia. Para Pet, no parecía haber cambiado mucho. Su fútbol seguía siendo bueno y tardó poco en acallar las dudas. 10 goles en 30 partidos es un buen retorno desde lo numérico en el transcurso de un año, pero además mantuvo su despliegue solidario con el resto del equipo y le agregó mucha inventiva a la hora de generar situaciones y asistir a sus compañeros. Obviamente que no solo ningún hincha ya dudaba de Pet, sino que ya era ídolo.
Pero a pesar de todo lo bueno, Pet partiría por cinco millones de motivos, de esos motivos verdes con la cara de Washington. Jugó un añito en el Shanghai Shenhua y volvió a un Vasco que si bien a nivel estadual tenía buen andar, a nivel nacional estaba peleando el descenso por segundo año consecutivo. Vasco salió de la lanterna gracias a Pet y sus 18 goles y 11 asistencias en 36 partidos. Pet volvió a dejar la cidade maravilhosa, pero muy lejos de hacerlo en carácter definitivo.

Como no le pareció suficiente la que juntó en China, Petković desempolvó la carretilla y se la llevó para juntarla al mismo tiempo que defendía la divisa de Al-Ittihad en Arabia Saudita. La saudade hizo que 7 meses después, Pet estuviera de vuelta en Río. El que tenía la tarasca para rescatarlo del desierto era Unimed. Unimed no es el sponsor de ni del Fla ni del Vasco, si no de otro de los grandes cariocas: El Fluminense. Esta vez no solo tuvo que revertir el lógico recelo de la hinchada tricolor, sino que además tuvo que convencer al DT Braga, que muchas ganas de tenerlo en el equipo no tenía. Pocos partidos después, Petković ya era ídolo y había rubricado su lugar en la historia del club marcando el gol número mil  en la historia de los  Brasileirãos para los de Laranjeiras. El 2005 fue bueno para el Flu y para Pet, pero terminó en decepción. Flu llegaba peleando a falta de 5 fechas, pero Petkovic se lesionó y Flu perdió esos 5 partidos en una racha que probablemente explique porque el Tricolor no se quedó con la liga ese año.
El 2006 fue una garcha para Petković y para el Flu. En el primer semestre llegó a cuartos de la Liberadores y Semis de la Taca Brasil mientras que había arrancado bien el Brasileirão, pero se quedo simultáneamente fuera de las copas y empezó a ir cuesta abajo en el torneo. En el plano personal, Petkovic era considerado por la opinión pública para el plantel de Serbia y Montenegro para el 2006, pero el técnico prefirió llevar jugadores mas falopa, incluso su propio hijo en la nómina. Terminó el año eliminado de la Sudamericana por Gimnasia (!) y cortando clavos con el ojete hasta la última fecha donde se confirmó que terminaría jugando el Brasileirão el año que viene. De todos modos, Pet no continuaría en el Flu para el 2007.

Para ese momento, Petković tenía 34 años y aunque seguía siendo un activo deseable, cualquiera hubiera pensado que su mejor etapa ya había pasado. En el 2007 firmó con Goiás y no llegó al Brasilerão. Ese torneo lo disputó con el Santos a pedido del entonces entrenador del Peixe, Vanderlei Luxemburgo, pero este fue despedido y Petković no pudo expresar buen fútbol con regularidad por lesiones y por encontrarse en un equipo también irregular. En Atletico Mineiro fue mas de los mismo: llegó como refuerzo estrella del club para el centenario del club en 2008, pero el equipo dio asco. Aunque Pet jugó razonablemente bien (Fue líder en asistencias del torneo), las lesiones lo acosaron, sumado al bajo rendimiento y las altas expectativas que recaían sobre el colectivo desdibujaron el aceptable nivel del enganche de Majdanpek.

El retorno del Rey
Pet pasó la primera mitad del 2009 sin club y esa inactividad, sumado a los 37 años de edad que detentaba y al hecho de que había pasado bastante tiempo desde los últimos momentos donde Pet maridaba buen fútbol con regularidad, era una suma de motivos suficiente para pensar que su carrera ya estaba acabada.
Pero Pet volvió a Río, al club donde era un poquito mas que ídolo. Flamengo le debía bastante dinero y como parte de la reestructuración de la deuda, le dejó la 10 a Adriano y se calzó la 43: la cantidad de goles que llevaba en el club y lo mas importante, era el minuto en el que le metió ese famoso tiro libre al Vasco. Flamengo languidecía en la parte baja de la tabla y Petković lo presenciaba desde afuera. Pero Pet renació, asumió el liderazgo del plantel (los jugadores lo llamaban Pai, padre) y empezó a jugar. Para la vigésimo quinta fecha del torneo, Petkovic era el lider de un Mengão que empezaba a apilar un éxito encima de otro y ese envión sumado al andar no muy regular de los de arriba lo puso primero en puestos de Libertadores y no muy lejos del título a falta de 5 fechas. Su pegada de pelota parada estaba intacta (llegó a meter un par de goles olímpicos incluso) y la dupla que armó con Adriano era tremenda, al punto de que cuando no estuvo Pet, los de Gávea no ganaban. Un triunfo ante Corinthians en la penúltima fecha le dio la punta dos puntos por sobre Inter. São Paulo y Cruzeiro. En la última recibía en el Maracanã a nada menos que el duro Gremio. El partido resultó ser un affaire bastante tenso, pero un corner de Petković cabeceado por Deivid, terminó por decidir el título para el Mengão.
Nunca se pudo dar
A nivel folklórico, esto era lo que le faltaba al serbio para dar instalarse en la eternidad del Flamengo. A nivel personal, este Brasileirão era una de las dos cosas que le fueron esquivas en su carrera en Brasil. Para un jugador de su relevancia y con todas sus particularidades, hubiera sido una pena que su CV no contara con el brillo de un título nacional. El otro aspecto que le fue elusivo fue el regreso a su tierra natal con la divisa del seleccionado nacional, si es que quien lee este artículo no se dio cuenta. De cara al Mundial 2010, Petković parecía llegar en gran forma, pero la realidad es que tanto Antic como el propio Pet, creían que sus 37 años tal vez eran demasiados para ir a su primer cita mundialista.
El 2010 fue muy malo para Flamengo dentro y fuera del campo. Perdió la final del Carioca, en la Libertadores quedó afuera contra la U de Chile y en el Brasileirão recién en la última fecha se salvó de bajar a la Segundona. Pet fue el goleador del equipo en el torneo, pero solo con cinco goles. Fuera de la cancha el panorama se correspondía: Bruno, arquero y referente, fue sentenciado a prisión por el asesinato de su novia; Adriano tuvo un sinfín de problemas personales (que incluyeron piedrazas de su novia a los autos del plantel en un entrenamiento, vínculos con narcos amigos y portación de armas de fuego) y Petković tuvo un par de problemas con el pago de la deuda, lo que provocó que la dirigencia lo colgara. No obstante y con muy buen tino, le permitieron reintegrarse para que el 5 de Junio de 2011, salga al Engenhão a jugar el primer tiempo de Flamengo-Corinthians en sus últimos 45 minutos como profesional. 

Si es bien es particular la historia de un europeo en Sudamérica, el hecho de que se haya tratado de un jugador que venía de un lugar remoto sin ningún tipo de vínculo, de que haya llegado como llegó, “engañado” con buena parte de su carrera por delante, que haya sido una de las figuras de su tiempo y que los brasileños lo hayan adoptado como suyo y él haya adoptado a Brasil como su tierra, algo total y absolutamente llamativo, al punto que Petković se radicó definitivamente en Brasil. Hace poco se hizo cargo del sistema formativo de Atlético Paranaense en lo que marca su regreso al mundo del fútbol.

Para cuando se termina de escribir este artículo, arranca la primera fase de la Copa Libertadores. Como dijimos antes, Seedorf no estará agraciando la competencia con su presencia, pero en nombre del continente europeo habrá la nada despreciable suma de 6 españoles jugando la misma. Uno de ellos es Fran Mérida, jugador surgido de la Masía, que debutó profesionalmente en Arsenal y también pasó por Atlético de Madrid, pero trae un par de malos pasos por el fútbol europeo. Lo que tiene a su favor es que es jugador del Atlético Paranaense y tiene a mano para preguntarle a un serbio que de conquistar el fútbol brasileño sabe.


 




sábado, 8 de febrero de 2014

A Contramano: Petković y los años del Marakana (Primera Parte)

Hace poco, como es de público conocimiento, Clarence Seedorf se alejó de la práctica del fútbol profesional para emprender el estresante camino de la dirección técnica nada menos que en el AC Milan. No viene a título (desde el lugar de simpatizante) de juzgar los pergaminos que tiene el surinamés/holandés (una persona de múltiples intereses) para estrenarse en un cargo como ese, pero la decepción por la noticia de quien escribe fue enorme. Creo que nos perdimos la chance de ver a un jugador de trayectoria legendaria en Europa (gano 4 Champions en 3 equipos distintos) jugar la Libertadores, un torneo que para este humilde escriba tiene su encanto especial. En fin, suscribo totalmente con este post del sitio Impedimento.  
A su vez, estamos inundados de historias de players de la patria grande bolivariana (?) que triunfan en el viejo continente. Messí, Ronaldo, Pe*é, Maradona y tantos otros que es al pedo enumerarlos. Pero son pocos aquellos que la viceversean (?). Hoy por hoy son muchos los casos de jugadores sudamericanos que cuan mercenarios (?) deciden enlistarse en los libros de selecciones europeas, porque no pueden jugar en los de sus países nativos pero que son esencialmente sudamericanos y que vuelven a jugar en sus país de nacimiento. Hablo de tipos como Deco (jugó para el seleccionado portugués), Camoranesi (Italia) o en menor medida Trezeguet (Francia), sin perjuicio de ejemplos de jugadores retirados como Pizzi (España) que también se ajustan a esta situación. Hay ejemplos de europeos (mas puntualmente españoles) que huyendo de las realidades belicosas de sus país nativos ejercieron el oficio de futbolista por estos pagos. Mas aquí en el tiempo, como todos sabemos, la opulencia europea hizo mucho mas copioso el éxodo de jugadores sudamericanos a Europa y casi inexistente el flujo de futbolistas europeos hacia Sudamérica y pongo casi porque salvo algún que otro paracaidista, hubo un jugador que rompió la tendencia.

Dejan Petković ostenta como lugar de nacimiento Majdanpek, un pequeño pueblo en lo que hoy es Serbia, antes considerado Yugoslavia. Fue allí donde nuestro homenajeado (?) hizo sus primeras armas en este impiadoso deporte que todos amamos, pero sus condiciones fueron muy evidentes desde el primer momento, por lo que ese pequeño poblado ya no era lugar para el joven Dejan. Siguió los pasos de su hermano mayor y se fue para Nis, a defender la divisa del Radnicki de esa ciudad. Su físico portentoso para los estándares de cualquier joven de su edad le valió el apodo de Rambo y la posibilidad de debutar 15 días después de haber cumplido los 16 años en el primer equipo. Pero no eran sus cualidades físicas las que lo hacían destacar, sino las técnicas. Era un trequartista de una técnica impecable, pero no de los organizadores de juego, aunque si era preciso como pasador. Tenía una técnica impecable. Cuando tenía la pelota no se la podían sacar: Cuando la llevaba pegada al pie o la tiraba larga, era lo mismo: la bocha era siempre inalcanzable para el marcador rival. Pero a pesar de todos estos atributos, era excepcionalmente preciso y potente para encontrar el arco rival; de cerca o de lejos; a pelota quieta o en movimiento, de frente al arco o sin tanto ángulo. 53 partidos y 34 goles después, en 1991 Petković dio el primer gran paso de su carrera. El por entonces campeón europeo, el Estrella Roja de Belgrado vino por él y Rambo no se negó, dado que para él representaba un anhelo a nivel personal y profesional.
Ni a tiros lo bajaban a Rambo
Por ese motivo no le importó que Crvena Zvezda fuera un equipo absolutamente desmantelado respecto de aquel que derrotara al Olympique de Marsella en Bari, tras la caída del régimen comunista y las mayores facilidades para pasar del otro lado de los escombros del Muro de Berlín (?). Le llegó a ganar a Colo Colo en Tokio y rápidamente se convirtió en el lider futbolísitico y emocional de un equipo que ya no era la fuerza europea que solía ser a nivel europeo, pero seguía marcando el pulso a nivel doméstico. En sus cuatro años desarrollando su juego en el estadio apodado “Marakana” en Belgrado, Petkovic mostró números sensiblemente mas bajos en términos de goleo (38 goles en 132 partidos) pero su juego había crecido en todos los demás aspectos de manera notable. Llegado 1995, a la edad de 22 años, Petković era ídolo (y hoy lo sigue siendo) indiscutible de la monada RojoEstrellada (?), frecuentaba la selección yugoslava que recién veía su suspensión levantada por FIFA (que los dejó fuera de la Euro 92’ donde fueron reemplazados por el a la postre campeón Dinamarca) pero el club ya no podía sostenerlo y llegó una oportunidad que Rambo no podía dejar pasar.

Real decepción
Real Madrid llamó a su puerta y son muy pocos los que pueden decirle que no. Petković claramente no pertenecía a ese grupo. Pocos son también los que logran un éxito que les permita ingresar en la historia dorada de tan ilustre club. Petković tampoco pertenecía a ese grupo selecto. Jugó 6 partidos en la Casa Blanca del fútbol mundial e hizo un solo gol en la primera mitad de su primera temporada, lo que es prueba inequívoca que el muchacho de Majdanpek no era muy del agrado del literato de Las Parejas, Jorge Valdano. Por este motivo la dirigencia merengue que había apostado por él decidió prestarlo a Sevilla. Sus días en Andalucía no fueron mas felices para Dejan tampoco, donde jugó 5 partidos con cero goles, motivo por el cual ni se gastaron en retenerlo ni un cachito mas.
Para la temporada 96’/97’ había cambios en Madrid, pero no para Petković. Si Valdano no le encontraba lugar en el primer equipo, lo lógico hubiera sido que Capello menos. Y así fue, por lo que Cantabria se convirtió en el hogar de Petkovic por ese año futbolístico. Defendiendo la divisa del Racing de Santander, el enganche de extracción yugoslava tuvo un rendimiento parejo desde los números: un gol en 8 partidos, lo que se puede considerar parejo en comparación a lo que hizo por su paso por Real Madrid y Sevilla. En El Sardinero no se hicieron mucho problema cuando se venció el préstamo y así fue que Rambo volvió a Madrid.
Sin lugar en el equipo titular ni en el plantel de primera y peleado públicamente con el entrenador Capello, era evidente que Petković debía partir nuevamente hacia nuevos destinos, pero Petković lo tomó demasiado al pie de la letra.




Bahía Blanca es un estado al norte de Brasil, famoso por su carnaval, sus playas, su herencia africana y porque no labura nadie. Desde su capital, Salvador, viajó el EC Vitoria para jugar un amistoso ante un Real Madrid compuesto por varios jugadores del filial y otros tantos suplentes, entre ellos Petkovic. En ese momento, el Vitoria venía de terminar 18 en el Brasileirão anterior, pero tenía cierta banca económica de su main sponsor Banco Excel, por lo que ostentaba una delantera compuesta por Tulio y Bebeto. Esto tal vez haya sido aquello que dio impulso para negociar al jugador que tanto los impresionó jugando para el Real Madrid B: Dejan Petković.
A esa altura al conjunto actualmente capitalista ex franquista (?) medio que le chupaba un huevo mantener la ficha del yugoslavo en su poder, por lo que no fue inconveniente esa parte de la negociación. Lo que era un poco mas complejo era convencer a un jugador europeo, sin ningún tipo de vínculo con Sudamérica que viniera a esta parte del mundo. Pero el por entonces vicepresendente del club bahiano  lo consiguió.
Teo Rodríguez Fonseca (El hombre en cuestión) lo hizo. Teo le explicó que el Vitoria venía de salir campeón, que iba a incluir una cláusula para volver a Europa cuando él quisiera y sacó de su bolsillo y puso sobre la mesa un arma de paintball un par de pasajes aéreos y le explicó que el Papa iba a Brasil y cuando pasaba eso se cerraba todo y no laburaba nadie, por lo que si decidía ir a jugar allí era ese momento o nunca mas. Petković tenía reparos, naturalmente. Si todos los jugadores sudamericanos iban hacia Europa en ese momento, ¿porque el tomaría el camino inverso que no tomaba nadie?  En el apuro y por motivos que ni él sabe, Petković aceptó. Lo que no sabía era que Vitoria venía de ser campeón pero del Torneo Bahiano, el poco exigente estadual y que lo del Papa era chamuyo. Lo de la cláusula se respetó, pero para cuando se dio cuenta de que lo habían chamuyado, también se dio cuenta, que al menos había vuelto a jugar con cierta continuidad y que había recuperado la alegría. En ese segundo semestre del 97’ jugó ocho partidos y convirtió dos goles. No fueron números espectaculares, pero el sistema vigente en el torneo brasileño de ese entonces, implicaban que había tenido continuidad, ya que el Vitoria se quedó fuera de la primer fase por muy poco.
Jejum
Al año siguiente, el rebautizado Pechicovichi (?) volvió a mostrar lo que lo había llevado a ser jugador de selección y del Real Madrid: Cambio de ritmo, gran control del útil, gran pericia para ejecutarlo en movimiento, olfato en el área (especialmente al no ser un delantero) y majestuoso al momento de usufructuar ocasiones de balón parado. Su equipo se alzó con el torneo estadual y la Copa del Nordeste. Vitoria quedó fuera en la primera ronda del Brasileirão nuevamente, pero ese fracaso colectivo no reflejó la contribución individual de Petković, que con 14 goles en 21 partidos fue una de las figuras del torneo. Para el año siguiente Petković arrancaría el año como si no hubiese terminado el anterior. Goles en el torneo estadual (que Vitoria compartió con Bahia en una definición burocrática bizarra), regional y en la Copa de Brasil (donde fue goleador); todos logros individuales notables a pesar que el sponsor se había caído y Petković no cobraba. El serbio era claramente feliz en Salvador, pero en su país las cosas no estaban bien debido a los bombardeos de OTAN. Esta situación, sumada al interés que había suscitado su buena forma sostenida hicieron que Petkovic ejecutara la cláusula de regreso a Europa para ir a jugar a la pintoresca Venecia. Vitoria no tuvo mas que aceptar la situación, los hinchas incluso llegaron a abrir una línea para recolectar fondos y retenerlo. Petković hoy sigue siendo amigo de compañeros suyos allí e incluso del pintoresco Teo Fonseca.


Pelota al pie, cabeza levantada

Petković además de pasear en góndola por los canales y por la Piazza San Marco, jugó 13 partidos y sacudió las redes en una oportunidad en la ciudad canalera que no ni es Panamá ni Ámsterdam (?). Para el (a esa altura del espacio temporal geopolítico) serbomontenegrino, la guerra fue una excusa para estar cerca de su familia y su país, pero nunca se fue del todo de Brasil. Como bien podría decir cualquier brasilero. Había salido de Brasil, pero Brasil no había salido de él.