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Saudade sem fim |
Continuando con el suspenso que dejé de la parte
anterior, la ola de privatizaciones que se dio en el fútbol brasileño a fines de los 90’ y a comienzos de los 2000
se llevó puesto al Flamengo que fue gerenciado por la firma ISL. Esta firma
suiza había prometido armar un timaço y para eso se acordaron de aquel serbio que la
había descosido en Vitoria un par de Brasileirãos
atrás. Por ese motivo pusieron 7 palos
verdes para traer a Petkovic al lugar de donde nunca se quiso ir: la tierra del
Orden y el Progreso (?). El cuadro flamenguista contó con un Petković (o Pechi o Pech) que hizo un aporte medido en la
retención del campeonato Carioca y con sus 14 goles en 23 partidos no pudo
torcer el andar de ese equipo en la paquidérmica y bizarra versión del
Brasileirão del 2000 que se
jugó bajo el nombre de Copa João
Havelange.
El año 2001 se convertiría en el año en el cual Pet empieza
a convertirse en parte del patrimonio futbolístico/folklórico del fútbol
brasileño. Mas precisamente porque el serbio se robó el show en la final del
torneo Carioca. Vasco da Gama (Ganador de la Taça Río) tenía un equipo comandado por dos “craques” llamados
Juninho: el rubio enganche de origen Paulista y el medio/todocampista de
extracción pernambucana (?) también conocidos como Juninho Paulista y Juninho
Pernambucano y llegaba (al igual que en ocasiones anteriores) con ventaja
deportiva ante el campeón de la Taça Guanabara, Flamengo, es decir que la igualdad lo
coronaba campeón estadual. En la ida, el conjunto Cruzmaltino se encontraba
perdiendo a falta de 15’, gol de Pet mediante, pero se llevó el partido de
virada, como se dice por esos pagos. El partido de vuelta en el Maracanã no fue menos electrizante. Una derrota por el
déficit de un gol daba la ventaja al conjunto del navegante portugués (?). Edilson puso el 1-0 para Flamengo, ventaja
que fue anulada cuando Juninho Paulista hizo esteril la resistencia de Julio
Cesar. En el segundo tiempo nuestro héroe de este lío, salió mostrar su juego.
Mediante su gambeta y cambio de ritmo, desarmó la marca escalonada de la
defensa del Vasco y puso la pelota en la cabeza de Edilson para poner la
igualdad que seguía favoreciendo al Vasco. A falta de dos minutos llegaría ese
momento que Pet y todo el Mengão
esperaban, ese momento donde con solo una simple acción, un solo simple
movimiento, un hombre pasa a ser patrimonio de millones, que lo adoptan
inmediatamente y esa simple acción pasa a la eternidad, al bronce. Momento que
se presentó en forma de un tiro libre en el rango de los casi 30 metros, en la
línea del poste izquierdo del arquero, ideal para un zurdo. Salvo que tengas un
pateador derecho con la calidad de Petković. Pet
voló la pelota por sobre la barrera para que caiga justo en el ángulo de la
valla de Helton. Locura, explosión, título para el Flamengo e inmortalidad para
el muchacho que llegó desde Serbia.
Otro memorable tiro libre suyo a Sao Paulo (su marca registrada
a esta altura) le dio otro título y la clasificación a la Libertadores a
Flamengo, pero el segundo semestre fue desastroso para todos lo que tuviera con
los de Gávea, que casi se van al descenso, probablemente distraídos por el
camino a la final de la MERCOSUR que finalmente vería al Rubro Negro caer en Almagro
Boedo en el Bajo Flores ya en el año 2002. Ese año vendría torcido todo
porque el Fla fue un desastre en todo lo otro que jugó, incluido la Copa
Libertadores. ISL, que estaba detrás del proyecto, se fundió, en lo que fue uno
de los mayores escándalos de corrupción en los que FIFA se vio involucrado. A
mediados del 2002, la situación era un callejón sin salida. O solo con salida
para Petković. Una salida con
forma de Síndrome de Estocolmo (?) hecha corporización en el Vasco Da Gama. No
es infrecuente en Brasil que un jugador juegue en más de un equipo de una misma
ciudad, pero no en el caso de que pase directamente de club a club y menos
tratándose de un jugador que estaba en su pico de rendimiento y que era
idolatrado por su club de procedencia. Para Pet, no parecía haber cambiado
mucho. Su fútbol seguía siendo bueno y tardó poco en acallar las dudas. 10
goles en 30 partidos es un buen retorno desde lo numérico en el transcurso de
un año, pero además mantuvo su despliegue solidario con el resto del equipo y
le agregó mucha inventiva a la hora de generar situaciones y asistir a sus
compañeros. Obviamente que no solo ningún hincha ya dudaba de Pet, sino que ya
era ídolo.
Pero a pesar de todo lo bueno, Pet partiría por cinco
millones de motivos, de esos motivos verdes con la cara de Washington. Jugó un
añito en el Shanghai Shenhua y volvió a un Vasco que si bien a nivel estadual
tenía buen andar, a nivel nacional estaba peleando el descenso por segundo año
consecutivo. Vasco salió de la lanterna gracias a Pet y sus 18 goles y 11
asistencias en 36 partidos. Pet volvió a dejar la cidade maravilhosa, pero muy
lejos de hacerlo en carácter definitivo.
Como no le pareció suficiente la que juntó en China, Petković desempolvó la carretilla y
se la llevó para juntarla al mismo tiempo que defendía la divisa de Al-Ittihad
en Arabia Saudita. La saudade hizo que 7 meses después, Pet estuviera de vuelta
en Río. El que tenía la tarasca para rescatarlo del desierto era Unimed. Unimed
no es el sponsor de ni del Fla ni del Vasco, si no de otro de los grandes
cariocas: El Fluminense. Esta vez no solo tuvo que revertir el lógico recelo de
la hinchada tricolor, sino que además tuvo que convencer al DT Braga, que
muchas ganas de tenerlo en el equipo no tenía. Pocos partidos después, Petković ya era ídolo y había
rubricado su lugar en la historia del club marcando el gol número mil en la historia de los Brasileirãos para los de
Laranjeiras. El 2005 fue bueno para el Flu y para Pet, pero terminó en
decepción. Flu llegaba peleando a falta de 5 fechas, pero Petkovic se lesionó y
Flu perdió esos 5 partidos en una racha que probablemente explique porque el
Tricolor no se quedó con la liga ese año.

Para ese momento, Petković tenía 34 años y aunque seguía siendo un
activo deseable, cualquiera hubiera pensado que su mejor etapa ya había pasado.
En el 2007 firmó con Goiás y no llegó al Brasilerão. Ese torneo lo disputó con
el Santos a pedido del entonces entrenador del Peixe, Vanderlei Luxemburgo,
pero este fue despedido y Petković
no pudo expresar buen fútbol con regularidad por lesiones y por encontrarse en
un equipo también irregular. En Atletico Mineiro fue mas de los mismo: llegó
como refuerzo estrella del club para el centenario del club en 2008, pero el
equipo dio asco. Aunque Pet jugó razonablemente bien (Fue líder en asistencias
del torneo), las lesiones lo acosaron, sumado al bajo rendimiento y las altas
expectativas que recaían sobre el colectivo desdibujaron el aceptable nivel del
enganche de Majdanpek.
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El retorno del Rey |
Pet pasó la primera mitad del 2009 sin club y esa
inactividad, sumado a los 37 años de edad que detentaba y al hecho de que había
pasado bastante tiempo desde los últimos momentos donde Pet maridaba buen
fútbol con regularidad, era una suma de motivos suficiente para pensar que su
carrera ya estaba acabada.
Pero Pet volvió a Río, al club donde era un poquito
mas que ídolo. Flamengo le debía bastante dinero y como parte de la
reestructuración de la deuda, le dejó la 10 a Adriano y se calzó la 43: la
cantidad de goles que llevaba en el club y lo mas importante, era el minuto en
el que le metió ese famoso tiro libre al Vasco. Flamengo languidecía en la
parte baja de la tabla y Petković
lo presenciaba desde afuera. Pero Pet renació, asumió el liderazgo del plantel
(los jugadores lo llamaban Pai, padre) y empezó a jugar. Para la vigésimo
quinta fecha del torneo, Petkovic era el lider de un Mengão
que empezaba a apilar un éxito encima de otro y ese envión sumado al andar no
muy regular de los de arriba lo puso primero en puestos de Libertadores y no
muy lejos del título a falta de 5 fechas. Su pegada de pelota parada estaba
intacta (llegó a meter un par de goles olímpicos incluso) y la dupla que armó
con Adriano era tremenda, al punto de que cuando no estuvo Pet, los de Gávea no
ganaban. Un triunfo ante Corinthians en la penúltima fecha le dio la punta dos
puntos por sobre Inter. São Paulo y Cruzeiro. En la última recibía en el
Maracanã a nada menos que el duro Gremio. El partido resultó ser un affaire
bastante tenso, pero un corner de Petković
cabeceado por Deivid, terminó por decidir el título para el Mengão.
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Nunca se pudo dar |
A nivel folklórico, esto era lo que le faltaba al
serbio para dar instalarse en la eternidad del Flamengo. A nivel personal, este
Brasileirão era una de las dos cosas que le fueron esquivas en su carrera en
Brasil. Para un jugador de su relevancia y con todas sus particularidades,
hubiera sido una pena que su CV no contara con el brillo de un título nacional.
El otro aspecto que le fue elusivo fue el regreso a su tierra natal con la
divisa del seleccionado nacional, si es que quien lee este artículo no se dio
cuenta. De cara al Mundial 2010, Petković
parecía llegar en gran forma, pero la realidad es que tanto Antic como el
propio Pet, creían que sus 37 años tal vez eran demasiados para ir a su primer
cita mundialista.

Si es bien es particular la historia de un europeo
en Sudamérica, el hecho de que se haya tratado de un jugador que venía de un
lugar remoto sin ningún tipo de vínculo, de que haya llegado como llegó,
“engañado” con buena parte de su carrera por delante, que haya sido una de las
figuras de su tiempo y que los brasileños lo hayan adoptado como suyo y él haya
adoptado a Brasil como su tierra, algo total y absolutamente llamativo, al
punto que Petković se
radicó definitivamente en Brasil. Hace poco se hizo cargo del sistema formativo
de Atlético Paranaense en lo que marca su regreso al mundo del fútbol.
Para cuando se termina de escribir este artículo,
arranca la primera fase de la Copa Libertadores. Como dijimos antes, Seedorf no
estará agraciando la competencia con su presencia, pero en nombre del continente
europeo habrá la nada despreciable suma de 6 españoles jugando la misma. Uno de
ellos es Fran Mérida, jugador surgido de la Masía, que debutó profesionalmente
en Arsenal y también pasó por Atlético de Madrid, pero trae un par de malos
pasos por el fútbol europeo. Lo que tiene a su favor es que es jugador del
Atlético Paranaense y tiene a mano para preguntarle a un serbio que de
conquistar el fútbol brasileño sabe.
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