A veces este espacio lo utilizo para generar una precisa
introducción en el tema. En este caso, no. Me hubiera gustado contar con alguna
fuente mas, alguna data mas, algo. Pero es un historia loca y es buena la
posibilidad de pasar por el fenomenal fútbol tras la cortina de hierro, un
espectáculo bizarro que ya nos es conocido y de costado por Hollywood. Vamos a
los bollos.
El personaje en cuestión es Slaviša Žungul (Lease Shungul) y nació hace mas de
58 años en la entonces ciudad yugoslava de Požarevac (Hoy Serbia). Breve fue (en término de poner en
perspectiva de una toda una vida) su estadía allí, ya que su padre, un tipo
retirado del Ejército, se fue a vivir a esa fantástica ciudad que es Banana
Aire Acondicionado Split, por ese entonces también Yugoslavia, pero hoy
Croacia, a vivir de la pesca. Allí, en tierras 101 dálmatas, un muy
joven Slaviša, entendió como era eso del fulbo en los potreros de la zona. Y
muy rápido. Por eso no tardó en llegar, a la tierna edad de 17 años (circa
1971) al equipo mas importante de la ciudad, el Hajduk Split, donde al toque se
convirtió en dueño indiscutible de la número 7 de ese equipo y parte
fundamental de un equipo que dominó la escena yugoslava, haciéndose fuerte ante
su Torcida en Stari Plac. Esto se extendía al plano europeo, pero la
contraposición era una irrefrenable tendencia de ir a entregar el rosquete a
otras esquinas del viejo continente, incluso regalando ventajas de tres goles
conseguidas en su difícil reducto.
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Un día de gloria |
En el plano personal, al comienzo estaba todo joya. El bueno de Slaviša
hizo goles de entrada, se ganó su lugar en el club y a medida que fue ganando reputación en el plano local, se ganó un lugar en la selección de su país y el
un tanto pretencioso mote de “El Gerd Muller yugoslavo”. Pero a su vez, a
medida que paso el tiempo y fue ganando relevancia por sus desempeños en
comepetencias europeas, Žungul quería otro lugar en la cancha y expresar su
fútbol de otra manera. Žungul dicen las crónicas que era un jugador que era un
lince en el área, un jugador que vivía del anticipo, un carterista del gol. El
entrenador del Hajduk por ese entonces, Tomislav Ivic, entendía que Žungul era
mas que eso, por eso lo ponía de una especie de lo que sería una segunda punta,
llegando de atrás o moviéndose por los costados, lo que fue limando su relación
con el afamado entrenador. A su vez, el reconocimiento a nivel europeo (France
Football en el 78’ lo nombró uno de los seis mejores delanteros europeos) hizo
que el viera otras formas mas farandulescas de vida en el viejo continente y
las adoptara. Eso a su vez trajo atención por su estilo de vida fuera de la
cancha. Ese estilode vida reñido con el de un deportista, mas su trato difícil
y su ego generó que le pongan al pobre Slaviša una etiqueta de díscolo, frívolo
y calavera (?), que no caía bien en Yugoslavia. Para colmo, una ley yugoslava
de ese entoces implicaba que Žungul a fines de 1978 debía presentarse al
servicio militar obligatorio por año y medio, temita al que el escapaba y que
pensaba que iba a demorar el pago de una guita que le debían y que a su vez le
impedía seguir jugando desde hace un tiempo en su selección
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Parece que estaba buena la Moni |
Žungul estaba en una encrucijada. Por suerte para él, en Yugoslavia se
gozaba de un estilo de vida de los mas cómodos en el bloque comunista, lo que a
su vez brindaba una cierta libertad para entrar y salir de ese conglomerado
eslavo dado en llamar Yugoslavia (?), por lo que se creía que un tipo del
perfil (en cuanto a su carrera) de Žungul , jamás podía escaparse (Y además hasta
los 28 no podía jugar en equipo extranjero alguno). Para ese entonces, el estilo
de vida de Žungul, le había permitido formar una relación una cantante eslovena
llamada Moni Argento Kovacic, que había pegado un currito en una revista
yanqui que se llamaba Playboy, mas o menos conocida. Esa iba a ser la vía de
escape de Žungul. El tenía un gancho (otro currito). Un tal Popovic, que había
jugado con él en Hajduk, pegó un laburo como entrenador de los New York Arrows
de la Major Indoor Soccer League. Este era un emprendimiento de un formato
futbolístico, que como casi todo lo que intentaron los yanquis para insertar el
fútbol en los EEUU, terminó háciendole mucho daño al deporte mas hermoso del
mundo, pero que a su vez terminó ganando reconocimiento en nuestro país de la
mano del Mancu antes de cagar al Diego con ese compendio de vejetes
cagandose a patadas llamado Showbol. La cuestión es que Popovic con la
dirigencia de esta franquicia, le ofrecieron a Žungul jugar unos partidos de
exhibición en este formato. Bajo estas excusas (la novia y la exhibición) Žungul
fue a la tierra de la cerveza Light.
La cuestión es que cuando Žungul llegó la idea no era que jugara unos
partidos de exhibición, sino que formara parte de toda una liga y un negocio nuevo.
La idea de Žungul no era quedarse jugando allí, sino que era jugar en cancha de
Once. Pero cuando en Split se dieron cuenta que no iba a volver, iniciaron una
furibunda campaña mediática contra él y lo inhabilitaron ante la FIFA,
implicando que no podía jugar en NASL (La incipiente liga norteamericana del
mítico Cosmos de Pelé) ni en ningún otro torneo FIFA, por lo que si deseaba
permanecer en USA, la opción era una: jugar Indoor Soccer. Así quedaron atrás
los 303 partidos y 176 goles con la camiseta del Hajduk, que lo habían elevado
al status leyenda del club.
Por mas que su meta y su máxima ambición fuera volver a jugar al fútbol
de cancha de 11, Žungul encontró su lugar en esa jungla mezcla de pinball,
fútbol, hockey sobre hielo y berretez setentosa (?). Dentro de los que es el
juego, el nivel de juego general muy por debajo de sus enormes condiciones, las
características de la disciplina, le permitían satisfacer su hambre de hacer
goles. Pero a los yanquis no les interesó la esencia del juego de Žungul,
siempre prefirieron apreciar un show, algo mas bombástico, exagerado, por mas
carente de esencia que fuera. Slaviša se americanizó. Pasó a hacerse llamar Steve
Žungul, pasó a hacer bailes extravagantes para festejar sus goles y fuera de la
cancha encontró un ámbito ideal en Nueva York. Llevaba un estilo de vida
nocturno, era objeto de deseo del universo femenino y tenía algunos amigotes,
como Al Pacino. Fue piedra angular en la inclusión del Indoor Soccer en la
tierra de la Mickey y Donald (?), rompiendo records y ganando títulos varios.
Para que se den una idea en dos oportunidades fue goleador de la liga con mas
de 100 goles, mientras que los que venían atrás no habían conseguido mas de 50.
En total, consiguió 372 goles en 145
partidos, jugando en esa bosta parecida al fútbol en los Arrows.
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Steve quemando los últimos cartuchos |
Žungul ya gozaba de una consideración cierta en el plano del deporte
americano y una vez que se libró de las ataduras legales de su país, decidió
que debía volver al fútbol viejo y querido. Tomó las acciones legales
pertinentes, pidió el doble de tarasca en los Arrows, que no podían pagarle (de
hecho la franquicia se fundió al año siguiente), entonces no les quedó otra que
pasarlo a los Tampa Bay Earthquakes de la North American Soccer League (fútbol
11), donde en su primer temporada marcó 36 goles en 46 partidos, siendo el
jugador mas valioso de esa temporada. Pero
la NASL ya no contaba con las estrellas de antes (quedaba solo Chinaglia y al
borde del retiro) y ese castillo de naipes se derrumbó y Žungul se vio forzado
a volver a jugar bajo techo. Los San Diego Sockers y los Tacoma Stars le
permitieron 6 años robar jugar seis años mas en ese ámbito logrando mas records,
goles y premios, pero sin el brillo de antes.
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Steve, hoy |
Hoy por hoy, poco y nada se sabe de Žungul. La última vez que se lo vió
públicamente, fue cuando lo arrestaron por manejar mamado y resistirse a la
autoridad en la peatonal Florida. No volvió a su querido Split, donde la
fuerza de sus goles y su talento hicieron olvidar cuando los dejó a gamba en el
78’ y la leyenda hizo que mas de uno hoy en Croacia lo mencioné como “Rey”. Žungul
definió su juego de la siguiente manera: “El goleador tiene que ser un
estafador, un ladrón, un payaso, un mago” El que entiende un poco el juego y ve
la diferencia entre los videos del Žungul de Yugoslavia y el de USA, está
perdonado si piensa que a Žungul se lo comió el goleador.