viernes, 14 de diciembre de 2012

Apología del bidón: Grecia, derecho al Olimpo (Capitulo 1: Se hace camino al andar)


Mas allá de un par de cosas que se cruzan por este momento que uno va, aquel que lee podrá compartir en base a sus vivencias o al menos sabrá entender que a veces uno emprende las cosas con mucha expectativa, mucha emoción. A medida que las cosas se van dando positivamente (o al menos uno eso cree), se agarra de eso, para seguir progresando, como si las propias convicciones de ir por el camino indicado no fueran suficientes. Hay veces que, si bien las convicciones son fuertes, la primera impresión no es la mejor y si se cree en las supersticiones dan ganas de largar todo a la mierda. Como en aquella gris tarde-noche del 5 de septiembre de 2001 en Helsinski donde Otto Rehhagel veía como su nuevo equipo, Grecia, daba lástima por el campo y se comía una estrepitosa boleta ante los muchachos de Queso Untable Botnia Finlandia (que realmente tenía un par de buenos jugadores, que de haber contado con Litmanen en su mejor momento, podrían haber conseguido algo mas). King Otto, un tipo del que nos ocuparemos después mas en detalle,  tomó nota y puso manos a la obra.
El siguiente partido, sería el primero donde me cruzaría con el andar de este equipo. Pongo en contexto. Inglaterra y Alemania llegaban a la última fecha para clasificar a Corea y Japón en igualdad de puntos. Los teutones, con menor diferencia de gol, cerraban el grupo ante Finlandia en casa, mientras que Inglaterra recibía en Old Trafford a Grecia, equipo del que (por si ud. no se dio cuenta) estaremos hablando. Si Grecia tuvo muchos problemas en Helsinski, en Manchester fue fluido (?). Rehhagel marcó el camino para De Narvaez, ya que tenía un plan, el cual sus muchachos ejecutaron con renovada actitud y sobrada capacidad. Solamente un magistral tiro libre de Beckham, privó a Grecia de poder alzarse con un batacazo que hubiera mandado a los ingleses al repechaje (Alemania empató con los fineses), pero de alguna manera Rehhagel mostró ya había logrado dar una identidad y deseo de ser parte a un equipo solo con un par de entrenamientos.

Le dio energía a los griegos
Habiendo dado vuelta la página que lo tenía como un barco a la deriva, el próximo desafío para Rehhagel y su equipo era llegar a Portugal. No para visitar las playas de Algarve, ni escucharse unos fados en Lisboa ni mucho menos para llevar botellas de Oporto a Grecia. Era para jugar la Euro en las tierras lusas. Tenía 4 escollos: La otra mitad de la Gloria de la península Íberica que es lo mismo que decir España, Ucrania, Irlanda del Norte y Armenia.
El camino fue difícil de entrada. Raúl y el aún hoy vigente Valerón propinaron una derrota 2-0 en Atenas a los helénicos y la visita a Kiev tuvo el mismo resultado gracias a la gestión goleadora de Voronin y Vorobey. Dos triunfos ante la Armenia de Óscar Lopez, el hermano siamés de Oscar Cavallero (?) de local y ante los norirlandeses en Belfast, mas un par de inesperados empates ucranianos ante esos rivales, ponían en una posición a Grecia en la que si daba los pasos correctos, podía tener una chance de terminar tras España e ir al repechaje. En el primer partido de la Segunda Ronda Grecia iba a laRomareda de Zaragoza, en el segundo cruce que este humilde escriba recuerda haber visto a este equipo griego (Partido televisado por la TVE). Grecia dio una muestra de cómo se achica espacios para atrás con dos líneas de 4. Un gol de Giannakopoulos al final del primer tiempo, dejó las cosas mas claras para Grecia: cedió campo, pelota e iniciativa a España y fue cuando mas controló el partido. Quedó claro que King Otto tenía algo entre manos. Un agónico triunfo ante Ucrania en casa y un ajustado triunfo en Armenia más un sorpresivo empate español en Belfast, dejo a Grecia con la inigualable chance de ganar el grupo dependiendo de ellos mismos. Un gol de penal de Tsartas le dio el triunfo quenecesitaba  ante Irlanda del Norte en suAtenas y clasificar a la Euro después de ganar 6 partidos al hilo. No habrá llenado los ojos de nadie, probablemente ni los de Rehhagel, pero ya sabía que había hecho un buen trabajo. En esos seis partidos que ganó, Grecia ganó 4 de ellos por la mínima expresión (1-0) y convirtió 8 goles, pero no recibió ninguno en contra. Igualmente, seguía siendo reconocido apenas como un equipo duro y refrendar esa condición en la Euro de Portugal sería un éxito mayor para las modestas aspiraciones helénicas.

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