domingo, 25 de mayo de 2014

La Maldición

En el pabellón futbolero de la casa central de San Pedro, ahí nomás de la estratósfera, llegaron con pocos días de diferencia dos tipos con un origen común y un pasado también común en el mismo lugar, pero lejos de su tierra originaria: Eusebio “La Pantera Negra de Mozambique”
Da Silva y Mário “El Monstruo Sagrado” Coluna. 22 años antes había llegado alguien que había marcado sus destinos, un húngaro, Bela Guttmann. Y se reencontraron todos en febrero de este año. En una mesa de café allá arriba, tenían mucho que hablar, pero una cuestión que zanjar en particular.

Eusebio- ¡Maestro! ¡Tanto tiempo, tantas cosas para hablar, tanto para recordar!
Mario Coluna- ¡Señor Guttmann!
Bela Guttmann- Eusebio, casi no te reconozco. Es que me acuerdo de la vez que te ibas a ir al Sporting y te tuve que esconder una semana en Algarve. Coluna, me sorprende verlo aquí. Usted fue político y creo que a gente como esa no la dejan pasar por acá – Dijo Guttmann con su aire de superioridad y altanería características, además de un poquito de rencor.
MC- Si, creo que tenía que hacer algo por mi Mozambique. Lamentablemente no me han pagado con la misma moneda. Al final, me han quitado mi casa sin darme nada a cambio. Debí haber hecho como Eusebio y quedarme en Portugal – La resignación había ganado el semblante del “Monstruo”, mientras contaba esto
BG-  ¿A usted le fue mejor con los políticos en Portugal, no Eusebio? Siempre fue amigo del poder… - Chicaneó el húngaro
E- Podría haber jugado en algún otro club importante en Europa, pero “El Padrino” no me lo permitió. En realidad lo mío siempre fue el fútbol – Eusebio dijo con la clara intención de tirarla a la tribuna
BG- Y lo mío nunca fue la diplomacia ni la política, siempre pensando en ellos y nunca en la gente, siempre corriéndome de todos lados…
MC- Pero si lo era la táctica. El hecho de que me haya retrasado en el campo, mejoró notablemente mi juego. Y Eusebio adelante también.
E- Fueron años divertidos…
BG- Realmente no importaba como defendiéramos. Sabía que atacando íbamos a marcar mas goles que el rival. Pero tampoco había muchos equipos que supieran contrarrestar el 4-2-4, era un esquema revolucionario, verdaderamente estaba adelantado a mi propio tiempo – Dijo Guttmann absolutamente superado
MC- Usted lo dijo, sin jugadores como nosotros no hubiera ganado muchos partidos. Del señor que tengo a mi lado – señala a Eusebio -  muchos de los mas grandes de la historia lo pusieron inclusive por sobre ellos mismos
E- Usted una vez dijo que no había club en el mundo con la mística que tenía el Benfica… Al señor lo llamaban “Señor Benfica”. Cuando usted limpió a todo el plantel, asumió nuestro padrinazgo. Éramos todos muchachos que usted trajo de Angola y Mozambique – Eusebio le devolvió la pared a Coluna como cuando jugaban juntos
BG- Ustedes eran buenos. Pero solo una persona puede pasar de Porto a Benfica, despedir a 20 jugadores, apostar por juveniles africanos y ganar dos de Copas de Europa. Y ese era yo.
Guttmann estaba cortante, terminante, sin mucho lugar para la réplica. Sabía la que se venía. La nostalgia y los recuerdos definitivamente habían ganado la mente  y los corazones de los mozambiqueños
MC- Teníamos el mundo a nuestros pies. Literalmente.
E- Habíamos derrotado en la primer final al Barcelona. Pero haber derrotado después al Real Madrid, era un signo de que el poder había cambiado de lado, era nuestro momento… Esos dos goles en la final de Berna… Era mi momento…
MC- Y después usted se fue...

Guttmann ya estaba visiblemente incómodo. Su lenguaje corporal no denotaba la seguridad con la que se paseaba durante los entrenamientos, su tono de voz rígido había perdido consistencia y su mirada de hierro se notaba perdida como cuando pergeñaba en Budapest una manera radical desde el plano táctico para reconquistar el mundo.

BG- Bueno… eeeh… Yo siempre lo dije el tercer año es el de la debacle… El equipo pierde el hambre, tácticamente se vuelve previsible… A partir de ahí es todo cuesta arriba

Eusebio y Coluna echaron una mirada dura y fría que dejaba bien claro que no le creían una sílaba al 
húngaro.

BG- Aparte nunca tuve un lugar al cual pudiera llamar casa. No estaba en mi naturaleza tener un lugar al que pudiera llamar hogar. He pasado penurias, he vivido momentos díficiles lej...
MC- La historia dice que fue otra cosa…
La interrupción de Coluna fue como un cachetazo para Guttmann, que volvió en si mismo, en su ego, en sus percepciones magnánimas de si mismo.
BG- Aún recuerdo cuando me despidieron del Milan. El equipo iba primero y así todo me despidieron a pesar de no ser criminal ni homosexual. Y me pasó lo mismo que en Benfica. Yo era parte fundamental de todo eso. Yo lo armé. Me dijeron que estaba demente, que no tenía idea… ¿Porque iba a renunciar a eso? Merecía eso y mas. Era yo el único indicado para seguir el camino de la gloria y no otro.
MC- Una vez que probé como sabía la gloria no quería otra cosa. Era nuestro sueño ser los dueños de Europa toda esa década. Sabíamos que podíamos.
BG- Pensaron que sin mi iba a ser lo mismo. Pero se equivocaban, sabiendo que era así, ¿Cómo no iba a pedir mas dinero? Eusebio, ud. conoció el sueño norteamericano. Coluna, ud sabe lo que es perder todo, le pasó. Yo en Estados Unidos vivía a mi gusto. Pero lo había perdido todo en el viernes negro de Wall Street.  Un hombre como yo no puede valer nada. Y juré que nunca mas volvería a pasar.
E-  Pero 100 años es una pena muy grande para pagar.
BG- Benfica tendrá suerte si antes de ese tiempo se cruza a un hombre como yo. Y después también.
E- No entiendo porque es tan impiadoso. En 1990 fui a rezar a su tumba, a pedirle que rompa con esa maldición… Y sin embargo esa vez y muchas veces mas, las derrotas siguieron llegando…
BG- ¿Usted sabe que soy judío, no? Por ahí se equivocó de intermediario cuando rezó…
Eusebio con esa respuesta se desanimó definitivamente. Coluna se mantenía con esa calma que emanaba aquel que se sabía que tenía una autoridad natural. Pero la palabra seguía del lado de Guttmann.
BG-  De todos modos, ya no estamos en la tierra. No debería preocuparles el Benfica.
MC- Entre nosotros hay mas de 1000 partidos y 500 goles juntos en Benfica. Siempre nos han homenajeado y recordado por lo que hemos hecho por el club. Somos lo que somos por el Benfica. Somos el Benfica. Hasta el Porto ganó dos Champions en este período.
E- Siempre prioricé defender la camiseta. Incluso lesionado de las rodillas, siempre fui importante para el club y el club siempre fue importante para mi…
BG- Coluna, su puesto ahora lo ocupa Enzo Perez. Eusebio, su camiseta ahora la usa Rogelio Funes Mori. Creo que realmente si los hubieran querido homenajear, hubieran cuidado sus puestos.
MC- Ciertamente no me identifico con todo este equipo casi sin jugadores portugueses ni empresas fantasmas con el nombre del club en paraísos fiscales que aportan fondos sucios para acercar jugadores al club. Pero es el club por el que di todo y me dio todo.
BG- No veo que por eso tenga que cambiar mi posición.
E- Ni se olvidaron de usted, incluso tiene su propia estatua delante del nuevo Estádio Da Luz.
BG- Aparentemente todo eso tiene que ver con el tema este de la maldición. No tiene la sinceridad que un homenaje a  un pionero como yo debe tener. Podrían haberlo hecho antes. O pagarme.
E- O podrían haberlo hecho nunca. Y los dirigentes actuales que le levantaron una estatua tampoco cometieron el error de no pagarle.
MC- La suma de todo lo que hacemos todos los benfiquistas por este club es lo que lo hace tan grande. Usted debería estar orgulloso por lo que hizo en este club esos dos años cubriéndolo de gloria, ha dirigido a grandes jugadores en todo el mundo... No obstante, usted es mas célebre por una maldición de 52 años sin títulos. Ese fue su único legado.
BG- Señores, creo que ustedes se equivocan. En primer lugar yo he hecho mucho por este juego. En segundo lugar yo no he echado ninguna maldición…
E- ¿Pero como que no? Hemos jugado 7 finales en 52 años y las perdimos todas, hemos perdido por penales, en la prórroga, en tiempo de descuento ¿Cómo que no hay maldición?
BG- Yo no juego los partidos desde el cielo, no desvíe los penales esas veces, no puse el  cabezazo bombeado de Ivanovic por sobre el arquero. Esas son todas cosas que quedan para los supersticiosos. Solo es sentido común. Si un club prescinde de un entrenado genial como yo por no valorarlo, entonces no tuvo, tiene o tendrá posibilidad de lograr nada mas importante.
E- Pero desde que se fue de Benfica usted solo ganó una li…- Como en los tiempos en los que defendían a Benfica, Coluna miró a Eusebio y este se contuvo.
MC- Sabemos que a usted siempre le interesó predecir el futuro. Todos sabemos lo que pasó desde ese día a esta parte. Usted ya no está en la tierra, pero sus palabras aún retumban en las instalaciones y en el alma de millones de benfiquistas en todo el planeta. Por favor, le pido que desde aquí haga lo que pueda para revertirlo. La gente en Benfica sinceramente le debe gratitud eterna. Lo menos que puede hacer es retornar algo.

Guttmann quedó mirando a un punto perdido. Eusebio y Coluna apuraron el café y se fueron con la esperanza de que además de su legado en la cancha, dejaban un legado desde el cielo. Solo había que esperar que llegada la oportunidad, Guttmann dejara su ego de lado.

Aproximadamente tres meses después de la charla, llegaba esa oportunidad y a Benfica le quedaba solo una piedra en el camino para romper la maldición. Una piedra con la que había tropezado siete veces.
El escenario era ese estadio con aires de palacio modernoso que es el Juventus Stadium y el rival era el Sevilla. Ambos tenían motivos para pensar que tenían una cita con el destino: Sevilla había ganado esta competición en dos oportunidades anteriores, clasificaron porque Rayo y Málaga (clasificados por mérito deportivo) fueron sancionados por la UEFA con suspensión y en las semifinales clasificó con un gol agónico en el cuarto minuto de descuento. Por su parte Benfica afrontaba su segunda final de Europa League consecutiva, venía de arrasar en el plano doméstico y volvía después de una semana a ese mismo estadio, donde había eliminado al local después de haber aguantado con dos jugadores menos.
 A  la hora del partido, el Benfica jugó mejor que el Sevilla, pero perdió chances claras y a medida que el partido iba avanzando se le iba haciendo cuesta arriba. Llegados los penales un portugués vio que era su momento. Un portugués que salió de las inferiores del clásico rival de Benfica y atajaba en Sevilla. Benfica sumaba su octavo tropiezo en 52 años y la maldición de Guttmann seguía.


Hay gente con la que es muy difícil hablar. Ya sea porque se creen superiores a la situación, ya sea porque no tienen carácter para aguantarse que les digan algo negativo, porque no tienen el coraje para afrontar una situación o simplemente porque son hipócritas. Indefectiblemente, hay cosas que se arreglan necesariamente hablando cara a cara. Pero siempre está la posibilidad que haya cosas que hablando cara a cara no necesariamente se arreglan. Los mozambiqueños tienen la oportunidad de tomar varios cafés por mas difícil que sea demoler el ego de Guttmann. Es mejor eso que esperar 48 años mas para ver al Águila volar sobre toda Europa.

lunes, 5 de mayo de 2014

Paseando por Colombia: Rencor



Remera de Candelo para la dama
No sabíamos si íbamos a llegar a ir. Nuestra voluntad estaba, pero la información era cuanto menos contradictoria. Algunos decían Sábado, otros Domingo. Finalmente fue Sábado y pudimos ir. Hablo del Nemesio Camacho Díez a.k.a. “El Campín de Bogotá”. Los preparativos comenzaron el día anterior, un día no sin pocas eventualidades. Nos dirigimos a un inmenso centro comercial local a una tienda oficial de Millonarios que era el lugar mas cercano donde se podía efectuar la compra del “tiquete” para el partido de los azules contra Patriotas de Boyacá, equipo cuyo mayor mérito fue haber ascendido en una promoción con el América de Cali. En retrospectiva, el hecho de que se vendieran prendas femenina con la cara del ex Vélez Mayer Candelo, debió hacernos suponer que el espéctaculo al que asistiríamos podía venir un poco flojo de calidad. Después procedimos a seguir con nuestro paseo de compras entre descuentos, descuentos mas brutos y no descuentos, para dar paso a la RUMBA nocturna pletórica de fieles representantes del hermosísimo universo femenino local.
La previa a la nocturnidad merece un párrafo aparte ya que encontramos un cabeza de termo futbolero alemán. Un tipo que va a la irreductible, picante y remota Isla Maciel para ver que onda con un partido de Telmo en vez de quedarse con la comodidad del imponente CommerzBank Arena de su Eintracht Frankfurt querido no merece menos que otro calificativo. Asimismo también visitó otros lugares donde la integridad física es lo último que te garantizan como un Banfield-Lanús,  Chaca y Platense entre otros lugares de Sudamérica.  Además contó como se enganchó con el lado folklórico/termocéfalo del fútbol y no podía creer que la penosa melodía de Scorpions (Banda que me gusta a pesar de ese tema) intitulada “Wind of Change” llegó a los cancioneros de las hinchadas argentinas.

Después de atar cabos entre la historia prehispánica y la narcoactualidad de Colombia y de finalmente comprender como carajo funcionaban los taxímetros en Bogotá gracias a uno de los antes mencionados exponentes, llegaba la experiencia futbolera en carne propia. La posta, la que tiene mas sentido, porque si bien las otras tenían vinculación al juego, no hay nada como ir a la cancha.
No sabía que esperar puntualmente de toda la experiencia. Sabido es que una de las grandes exportaciones culturales de la Argentina para toda la Sudamérica hispanoparlante es la cultura de cancha y del aguante, con lo bueno y con lo malo que esto tiene. Lo que había un poco mas de certeza era que iba a encontrar un inmueble en buenas condiciones ( La última remodelación databa de la previa para el mundial Sub-20 del 2011) y que lo que iba a ver dentro de la cancha no estaba en tan buenas condiciones: Como ya se había dicho en el párrafo anterior, la manija de Millonarios era Mayer Candelo y el preconcepto del jugador que fracasó en Vélez porque era gustoso de la joda no iba a cambiar por unas vacaciones.
Los Comandos Azules con el cantante de Mala Fama (?)
Una vez allí, estaba el Nemesio Camacho Díez. Realmente no se advertía un estadio imponente, al menos desde afuera. La cuestión es que ya desde el acceso se podía prever que la concurrencia iba a ser importante y el marco aceptable. Nos dirigimos hacia el acceso que correspondía a nuestra platea cruzándonos en el medio al puñado de hinchas visitantes que recorrieron los 130 km. que separan Bogotá de Boyacá y lo que vino después no fue muy diferente de lo que puede ser cualquier cancha argentina: entrada en la mano, doble control de la misma y doble cacheo. Pero una vez adentro, quedamos gratamente sorprendidos, la boca de acceso que nos tocó en suerte, nos depositó en un lugar a centímetros del césped dando la sensación de que en vez de ingresar a la platea, entrás directamente al campo, como si fuera un recital. A falta de poco menos de una hora para el comienzo del partido tuvimos tiempo para  buscar la mejor ubicación posible y para apreciar la peculiar arquitectura del estadio, con tribunas de escasa inclinación (por eso no parecía tan imponente pero de importante capacidad) y compuesto por dos anillos o bandejas superpuestas, pero en una mitad del estadio la anillo superior es mas amplio que el inferior y en la otra mitad del estadio es simétricamente al revés, con la estructura cambiando en la mitad de las tribunas cabeceras. Cuando ya tuvimos tiempo de hacer todo esto, delante nuestro los jugadores del máximo ganador de campeonatos en la historia de Colombia salieron a hacer movimientos precompetitivos donde ovacionaron a todos y a cada uno de sus jugadores y me enteré que Fabián Vargas, no solo seguía jugando al fútbol, sino que lo hacía en el popular equipo capitalino.
Terminados estos movimientos y con un marco mas que decente, los jugadores volvieron a los vestuarios y salieron cambiados para jugar, pero antes fuimos testigos de un acto de regionalismo violento, no por las formas, sino por lo intenso. Antes del saludo FIFA, primero sonó el himno colombiano acompañado de un silencio respetuoso, seguido del himno de Bogotá. Nos miramos entre los tres mientras unos 30.000 santafereños (pero no de Independiente Santa Fe) cantaban enajenados a los gritos y hacían un gesto similar al saludo fascista, pero con el pulgar y el índice formando un círculo y los tres dedos restantes apuntando hacia delante. Algo así como el gestito de idea de Balá pero nazi. Al toque empezaron a cantar que no son provincianos, lo cual reforzó nuestra sorpresa (porque no habíamos tenido indicios concretos de ese unitarismo cafetero) y nuestra idea de que había un tufillo facho en el aire.

Cuando la pelota empezó a rodar, mis sospechas sobre el espectáculo en general se fueron confirmando. Fuera del campo sonaban las mismas canciones que en Argentina, solo que el ritmo y el tiempo era levemente deformado, sumado al hecho de que hubiera dos barras en cada cabecera cantando canciones distintas, tampoco generaba un clima coherente (Una de ellas contaba con la ilustre presencia del cantante de Mala Fama). Dentro del campo no había mucho para disfrutar tampoco: se practicaba un fútbol cansino, sin pressing al rival, que permitía al que tuviera la pelota, tres o hasta cuatro tiempos para controlar y buscar a un compañero. En cuanto al equipo local, un esquema totalmente desequilibrado con jugadores incómodos en su roles, sufría ante un equipo boyacense que tenía absolutamente todas las limitaciones técnicas que un equipo de fútbol puede tener. A tal punto que cuando el lateral derecho pasó al ataque para volver necesitó un GPS porque no sabía donde estaba. La cuestión es que después de 20 minutos (y fueron tantos porque había uno atrás que gritaba los goles antes) el partido perdió sentido: Mayer Candelo mandó a la red una bocha que quedó boyando después de un tiro de esquina. Después de un breve grito de descarga se dio un festejo muy particular: un canto escasamente imaginativo y monocorde que decía “gol, gol, gol, gol, gol” 
A partir de ese momento si los muchachos de Patriotas tenían la posibilidad, daban el partido terminado ahí, porque la verdad que no tenían ni un elemento para meterse en partido de vuelta, aún con el esquema de Millonarios que lo dejaba expuesto a un riesgo innecesario incluso ante un equipo absolutamente inofensivo.  Quedamos con tiempo para diseccionar a Millonarios con un par de buenos valores y otros no tanto, como el número 4 de movimientos ampulosamente rústicos, ver como “El Vengador” Delgado cruzó toda la cancha para tomar un tiro libre y como Dayro Moreno firmaba un hat trick mostrando un amplio repertorio: un viril remate cruzado, un oportunista canillazo a centímetros del arco y un delicioso y sútil toque por sobre la impotente humanidad del arquero boyacense.


Se me pegó una canción por ritmo y por letra que decía: Jamás, Jamás, he dejado de ser tuyo, lo digo con orgullo: Del Millo y nada mas. No me hice hincha de los azules y la canción me da muy gallina pero jamás,  jamás pasará al olvido la visita al Campín. Aunque sea que se recuerde como la tarde que fui el único cabeza de termo entre mas de treinta mil tipos que no aplaudió a Mayer Candelo.