Corría mediados de
1971 y el Estudiantes de Zubeldía, iba en búsqueda de su cuarta Libertadores al
hilo y aún no había encontrado un equipo que iguale su contracción al lado
táctico del juego, pero llegando a la instancia final encontró uno que lo
igualaba en términos de cinismo y de disposición en cuanto a ir lo mas allá
posible de los límites del reglamento: El Nacional montevideano. Liderados por
Montero Castillo en el centro del campo en esa faceta, los del Bolso se
impusieron en lo que fue el final de uno de los ciclos mas fructíferos de
cualquier equipo argentino. Esto significó que muchos jugadores tuvieran que
dejar un club muy comprometido en su faceta financiera y en estado de acefalía,
dado el suicidio del presidente Mangano. Lo que puede ser pérdida para algunos
se puede convertir en ganancia para otros. O al menos así lo entendió Don
Cándido Gómez, por ese entonces Presidente del Amalia Granada CF y puso
sus ojos sobre “El Negro” Ramón Aguirre Suarez. El presidente del club creyó
que el chacal recio (vamos a ser generosos) central tucumano
complementaba perfectamente a la joven escuadra del muy modesto Granada con su
experiencia de mil batallas en el Pincharrata, mil batallas en las que por
ejemplo en dos de ellas terminó en la cárcel, la mas recordada tras la final
con el Milan en la Bombonera donde sacó de cancha al prometedor Pierino Prati,
le rompió el tabique (casi sacándole un ojo) a un tal Combín y le pegó a Gianni
Rivera después que lo echaran, acto que vio el entonces presidente
dictador y Onganía se calentó y lo mando un mes a Villa Devoto junto a Poletti.
Pero no sólo en ese aspecto de esta anécdota el tucumano se amoldaba a lo que
Granada necesitaba. Contextualizando, en el marco general del fútbol español,
la furia española estaba a full y si bien todavía “El Carnicero de Bilbao” no
jugaba por esos años aún, el juego brusco no estaba mal visto. En la figura de
Aguirre Suarez, Granada había traído (artilugio legal mediante) no solo a un
jugador violento, sino a uno de los jugadores mas brutales en la historia de
este deporte. Empezó la temporada y “El Negro” empezaba a Bay Area
Thrash Metal del fútbol español. La lógica aplicada por el tucumano desde
su tiempo en Estudiantes era la siguiente: Cuanto mayor la desventaja en
diferencia futbolística entre su equipo y el rival, mayor era la brutalidad
física y el abuso psicológico que aplicaba sobre su rival. Un breve resumen a
continuación de los cuatro partidos antes mencionados para ejemplificar lo
expuesto.
El Cabecilla |
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Un día como cualquiera en la oficina |
Real Madrid: El
postrero campeón llegaba liderado por el joven wing Carlos Santillana. Aguirre
Suarez le pegó bastante, pero Santillana no arrugaba y lo seguía encarando. El
por entonces juvenil español dejó de encarar a Aguirre Suarez y a cualquier
otro defensor por los tres meses siguientes después de que el tucumano le
rompió la mandíbula de un codazo. Igualmente el partido venía picado desde la
ida, cuando entre el paraguayo Fernandez y RAS, lo sacaron a Amancio (que era
mas bueno que el quaker) de sus casillas y tras un patadón del paraguayo a la
rodilla de Amancio, cuando los dos estaban en el piso, este último pateó la
cabeza del elemento defensivo paraguayo, lo que generó TÁNGANA, siendo ambos
jugadores expulsados, lo que a pesar de todo lo expuesto y por exponer, terminó
siendo la única expulsión de un defensor de los de Joseíto en toda la temporada
(eso incluye a RAS, los otros tres expulsados fueron todos delanteros)
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Porta, goleador |
Barcelona: Los buenos
de Marcial y Asensi no tuvieron mejor idea que chocar con el tucumano. Terminaron
desparramados y lesionados. Asensi dijo que ir a Granada era como ir a la
guerra.
Atlético Madrid: Los
Colchoneros eran un equipo de los que peleaba cosas grandes y tenía una
delantera de potencia ofensiva temible en Garate y Luis. Los dos terminaron su
partido en Los Cármenes mucho antes del minuto 90’
Valencia: Para esa
temporada, los dirigidos por Alfredo Di Stefano eran los campeones defensores y
visitaban Granada. La bienvenida que tenía preparada Aguirre Suarez era BRU TAL
(?). El colmo para Di Stefano fue cuando el uno de los delanteros
valencianistas recibió una estadía con traslado incluido para un hospital
local. A partir de ahí después de cada falta cínica, el tucumano tiraba besos a
la banca Che, lo que terminó con el laureado ex delantero de Real Madrid y
Midland entre otros multados por intentar agredir al árbitro al final del
partido.
La temporada siguiente
empezaría con algunos problemas para los rojiblancos. En primer lugar, el
presidente Gomez, pensó que tener como DT a un tipo que se llama Joseíto no era
lo suficientemente ridículo, por eso trajo a Bernardino Perez, mas conocido
como Pasieguito. Además las bajas de Lasa, Barrios y De La Cruz, se sumaron
problemas con la contratación de otro ex Pincha, pero sin prontuario
sanguinario como lo era Juan Echecopar, que estaba flojo de papeles como Duna
remisero de provincia (En ese entonces no se podían fichar extranjeros, Aguirre
Suarez como tantos otros llegó a través de la fraguación de papeles). Estos
inconvenientes previos se sumaron a lo que fue aconteciendo con el correr de la
temporada: el nivel de las incorporaciones era mas bien tirando a bajo y quedó
reflejado en sus performances, la baja del líder de la patota RAS en no pocos
partidos fue sentida y el aporte goleador de Porta bajó drásticamente de 20 a 11
dianas. Pasieguito optó por un 4-3-3 mas moderno y el equipo con los
componentes mas utilizados fue así: Izkoa; Falito, Fernádez, Aguirre Suarez,
Toni; Castellanos, Jaén, Chirri; Porta, Quiles y Dueñas. El equipo navegó por
la mitad de la tabla toda la temporada, con una baja hacia el final donde se
acercó peligrosamente a la zona de descenso, terminando solo por un punto por
encima de la línea de salvación. Habíamos hablado de Aguirre Suarez y su
importancia. A final de la temporada fue colgado por problemas con el
presidente Gomez y eso se sintió, por eso para la temporada 73/74’ la única
innovación no fue el reemplazo de las tradicionales franjas verticales por unas
horizontales. Como quien tiene que arreglarse con la jabru y le compra algo,
“Candi” le compró algo a Aguirre Suarez. No fue un ramo de flores, ni una caja
de chocolates ni lo llevó a cenar a un restaurant lujoso ni nada parecido.
“Candi” le trajo un viejo conocido, un compañero de aventuras: El uruguayo
Julio Montero Castillo, cuya historia visitamos aquí. Con el uruguayo como
única adición al plantel de la temporada pasada y el regreso de Joseíto a la
dirección técnica, el mensaje era claro: Profundizar el modelo. Ahora con el
argentino Aguirre Suarez, el uruguayo Montero y el paraguayo Fernandez mas el
mismo equipo del año pasado, Granada tenía a los tres criminales mas notables
del MERCOSUR y el fútbol español respiraba hondo, y se preparaba para ver el
lado mas horrendo, desagradable y sangriento de toda su historia.

Para la temporada siguiente ya no sería igual. Se dio la salida del
tucumano Aguirre Suarez y el paraguayo Fernandez estuvo fuera por buena parte
de la temporada. Llegaron muchos refuerzos desde pagos sudámericanos, incluído
el legendario arquero uruguayo Mazurkiewicz, que casi ninguno (incluído el
célebre arquero uruguayo) logró asentarse con éxito en el nuevo plantel. El
equipo liderado por un Montero Castillo al tope de sus capacidades
intimidatorios (Le dijo al Bambino Veira “El centro de la cancha hoy es
Vietnam” en un amistoso (!) ante el Sevilla) tuvo muy poco margen para evitar
el descenso. En la 75’/76’ ya no estaba Montero Castillo, pero la alarma que se
había encendido no había sido suficiente para detener la caída. Los liderados
por el paraguayo Fernandez ya no eran el equipo intimidante de otrora y en esa
temporada volvieron la segunda división y confirmaron que el ciclo brillante se
había cerrado hace un par de años.
Mas allá de los motivos expuestos en las líneas iniciales del artículo,
también la idea de la Apología del Bidón es identificar esta influencia mas
allá del Dr. Bilardo y si bien todos aquello relacionado con ese Estudiantes de
Zubeldía como un apéndice inseparable del bidón, pero lo interesante es como
este conjunto de jugadores fácilmente olvidables representando un club de
modestos recursos lograron establecerse y poniéndose a la altura de otros mas
ilustres como una fuerza en el fútbol español mediante la utilización consciente
de las técnicas mas extremas de intimidación psicológica y de abuso físico,
liderados por dos emblemas en este campo con la particularidad de cuanto mayor
era la distancia futbolística, mas exacerbada era la utilización en cuanto a
calidad y cantidad de estos dudosos métodos. No creo que el fútbol debiera ser
jugado de esta manera (No por uno cuestión moral, si no solo porque no se
encuadra dentro de los límites reglamentarios) pero a la vez muestra cuantos
matices se pueden contemplar dentro de la búsqueda de un resultado, que al fin
y al cabo, todos buscan el mismo.