lunes, 27 de enero de 2014

La Vuelta al Mundo en 203 días

203 días, 18 jugadores, 24 países, 48 partidos jugados, 10 ganados, 28 perdidos, 10 empatados, 83 goles a favor, 118 goles en contra, cientos de horas de vuelo, miles de millas atravesando el espacio áereo global, cientos de miles de espectadores. No, no es el Mangueras Musmanno Rock Festival (?). Veamos de que se trata.

A mediados de los años 60’ un grupo de mer$enarios empresarios norteamericanos (que varios de ellos ya tenían intereses en franquicias de otras ligas deportivas de ese país) vieron en ese país del norte un campo fértil para lucrar con el deporte mas hermoso del mundo. Casi simultáneamente surgieron dos iniciativas privadas: La NPSL (liga no reconocida por la FIFA, de éxito relativo y con algunas particularidades) y la NASL, que luego se nombraría USA (United Soccer Association) para evitar confusiones con la NPSL y que luego volvería a ser NASL tras una fusión de ambas. Como la USA se armó medio a las apuradas y los equipos no pudieron formar planteles ni infraestructura en el corto plazo, tuvieron la innovadora pero bizarra idea de alquilar planteles enteros de equipos extranjeros y jugar en representación de las franquicias de las ciudades durante el verano yanqui de 1967. Así fue como el Shamrock Rovers irlandés (!) jugó como los Boston Rovers, el Cagliari italiano fueron los Chicago Mustangs, el Stoke City inglés fue apropiadamente rebautizado para la ocasión como Cleveland Stokers, Detroit Cougars fue el seudónimo del Glentoran norirlandés (!), el glorioso Wolverhampton inglés también fue apropiadamente rebautizado para la ocasión como Los Angeles Wolves, el Cerro Uruguayo jugó de local en el mítico Yankee Stadium (!!!!!!!) disfrazados de New York Skyliners, el ADO Den Haag holandés fue el San Francisco Golden Gate, Racing como Blanquiceleste SA, los Vancouver Royal Canadians no eran realmente canadienses como su nombre sugería si no que eran los inglesísimos Sunderland y los escoceses Hibernian, Aberdeen y Dundee United se renombraron temporariamente Toronto City, Washington Whips y Dallas Tornado, esta última franquicia protagonista de la historia que sigue.

Mientras todo en la USA era presumiblemente berreta dada la calidad falopa de los planteles implantados (Cagliari por caso, no llevó a sus figuras siquiera, entre ellas Gigi Riva), Los Angeles Wolves se alzaban con el título y Boninsegna (jugador que marcara el 1 en el 4-1 de Brasil sobre Italia en la final del Mundial 70’), había que armar un plantel para cuando la cosa arrancara formalmente. Para eso el dueño de los Dallas Tornado, un tal Lamar Hunt (también propietario de los Kansas City Chiefs) contrató a un tal Bob Kap. Este Bob Kap; de nombre real Božidar Kapušto, serbio de nacimiento y vivió toda su vida en Hungría hasta el alzamiento de 1956 cuando emigró a Canada; había tenido como máximo mérito en esos pagos editar una revista de fútbol. Hunt quería un equipo lleno de extranjeros que parecieran norteamericanos. Bill Crosbie, colectivero de Liverpool él (!!!!!), contó como Kap lo citó en un hotel tras poner un aviso en un diario y lo terminó invitando al equipo. Así fue armando un plantel compuesto de ocho ingleses, cinco noruegos , dos holandeses, dos suecos, dos hombres y un boliviano y un norteamericano que terminó armandose en medio de una gira bizantina e interminable.
La primer etapa (en agosto de 1967) fue europea con una concentración en España que incluyó cinco amistosos y una escapada a África, mas precisamente Marruecos, siempre viajando todos con el corte pelo y vestimenta idénticas, con traje y sombrero (!!!!!!!). A partir de ahí empezó la travesía propiamente dicha.
A los huevos no!
El Dallas Tornado emergió con mucho crédito tras un empate ante el Fenerbahce turco, pero no podían dar crédito a la suerte que tuvieron cuando en vía a una serie de amistosos en Chipre tuvieron que hacer una escala en Atenas que los jugadores utilizaron para conocer la capital griega. La cuestión es que perdieron el vuelo que debía llevarlos de Grecia a Chipre, vuelo que fue derribado por un atentado al dictador chipriota, que casualmente también perdió el vuelo. Probablemente afectados por el cagazo inherente (?), perdieron los dos partidos que jugaron por lo que, asustados por este hecho decidieron que era mejor ir a un lugar mas tranquilo, por lo que viajaron a Irán vía Líbano (vale consignar que no eran lo peligrosos que son hoy, mas considerando que se trataba de un contingente multinacional pero representativo norteamericano) donde jugaron 5 partidos y sufrieron dos bajas, una por lesión y otra por cuestiones técnicas interpersonales (la gran Icardi) (el técnico pensaba que no se había integrado al grupo). La siguiente parada era Pakistán y Bangladesh, que por esos años llevaba el nombre de Pakistán Oriental debido a que no se había independizado la zona y a la gran cantidad de uruguayos residentes allí (?). Mas allá de los malos resultados, lo mas complicado  fue pasar a India. Los naturales de países afiliados al Commonwealth podían pasar sin problemas, pero el resto necesitaba visa o MasterCard para pasar la frontera, por lo que la mitad del contingente quedó retenido en la frontera un par de días hasta que salieron las visas. Una vez resuelto el pequeño incidente burocrático, jugaron seis partidos, pero el hecho de mayor relevancia fue la visita a la tumba de Gandhi, cuyo legado fue un pequeño quilombo político que complicó la salida de los muchachos del Tornado de Calcuta. Antes habían jugado dos partidos en Ceilán (lo que hoy es Sri Lanka) e iban destino a Burma (lo que hoy es Myanmar) donde jugaron dos partidos ante las selecciones locales sub21 y mayor ante mas de 45.000 personas cada uno. Luego fueron a Singapur donde no fueron muy bien recibidos, jugaron un partido muy crocante, casi se cagan a trompadas y casi los linchan por imperialistas, hecho que no dejó sin otras opciones que suspender el partido previsto para el día siguiente entre los mismos equipos. No mucho mas promisorio sería el destino posterior a los dos partidos siguientes. Después de Indonesia venía Vietnam.


Tornado Made in Taiwán

Para esa altura (Diciembre de 1967) no se había armado la goma en Vietnam que vendría un mes después, pero la zona estaba fuertemente militarizada. No obstante, el antes mencionado Bill Crosbie (quien es el que ha dado a conocer la travesía completa mediante su relato) contó que se sorprendió al poder circular libremente por Saigon con la única precaución de no quedarse parado ningún lado, ya que había motos que buscaban norteamericanos para arrojarles granadas de mano. Incluso, pudieron visitar como turistas destacamentos militares norteamericanos. A esta altura, el fútbol ya era lo de menos.
Tahití y el Tornado
Taiwan, Japón para jugar con San Lorenzo por la Intercontinental y Filipinas (ya en 1968) fueron las últimos escalafones en la parte asiática de la extensísima gira que no terminaría ahí. El 7 de enero de ese año llegarían a tierras australianas para una gira por Oceanía donde jugaron 8 partidos por Australia, Nueva Zelanda, dos partidos de 60 minutos contra Fiji y el cierre de la gira fue en Tahití por la Copa Confederaciones.
Finalmente el Dallas Tornado llegaría a pisar suelo norteamericano, pero no sería el final de la gira. El mencionado Bill Crosbie cuenta que les dieron dos semanas para que pudieran asentarse en Dallas: es decir que consiguieran un departamento, lo equiparan, instalaran una línea telefónica, pagaran la renta al Sr. Barriga (?) y al final de toda la movida, venía una mini gira centroamericana compuesta por dos partidos en Costa Rica ante Saprissa y uno en Honduras ante Olimpia, para cerrar definitivamente la gira.
 
Los 18 esclavos jugadores que tomaron parte en al menos algún punto de la gira fueron: Odd Ivar Lindberg (Noruega), John Stewart (Inglaterra), Bobby Roach (Inglaterra), Eddie Hall (Inglaterra), Anders Fagri (Noruega), Dave Moorcroft (Inglaterra), Brian Harvey (Inglaterra), Fons Stoffels (Holanda), Chris Bachofner (Holanda), Chris Tönning (Suecia), Mike Renshaw (Inglaterra), Per Larsen (Noruega), Jay Moore (USA), Jan Bock (Suecia), Bill Crosbie (Inglaterra), Hans Petter Enger (Noruega), Graham Stirland (Inglaterra), Tom Weinholdt (Noruega).


La preparación maratónica no fue muy útil de cara a la temporada de la NASL. Con un plantel absolutamente detonado por la travesía mundial, Dallas Tornado jugó 32 partidos en esa temporada, ganando la magra suma de dos partidos, consiguiendo cuatro empates y 26 derrotas, marcando 28 goles y concediendo 109 (!). Magro al punto de que Kap no llegó a fin de temporada porque evidentemente después de esta gira era claro que no era un proyecto serio (?)
Los protagonistas de esta historia tomaron caminos distintos. La NASL se mantuvo muy precariamente hasta que levantó con el Cosmos de Pe*é y después se volvió a ir a la mierda; los jugadores al terminar la temporada volvieron a sus países de origen, pero el Dallas Tornado siguió, volviendo a alquilar al Dundee United e incluso jugando Indoor Soccer (misma liga que recordáramos en este artículo). Por su parte el dueño, Lamar Hunt, siguió perdiendo una bocha de guita hasta que se fue todo a la mierda. De todos modos nunca dejó de apostar al fútbol, ni hasta el último día de su vida en 2006. Hunt invirtió inicialmente en la MLS en los Kansas City Wizards y Columbus Crew, vendiendo su parte en el primero para invertir en su Dallas querido, mas precisamente en los Dallas Burn. Forma parte del Salón de la Fama de tres deportes en Estados Unidos, entre ellos el de fútbol y el de la NFL. Curiosamente, la NFL nos lleva al único cuyo derrotero no fue reseñado aún, Bob Kap. Su única vinculación al fútbol después fue cuando quiso comprar el pase de Julio Ricardo Villa, pero Kap se convertiría en parte del Salón de la Fama de la NFL junto a Hunt. Se había convertido en pintor y muchas de sus obras relacionadas al fútbol americano se pueden apreciar ahí. No obstante, la retrospectiva es que bien podría haber tenido un lugar por su contribución al deporte del ovoide encordado. Originalmente, los pateadores de ese deporte se paraban rectos al balón y lo golpeaban de “puntín” (con una bota reforzada a dicho efecto). Kap observó esto y desarrolló una técnica en la que tomaban carrera pero dando dos pasos al costado tal como lo hace un arquero de fútbol para sacar del arco. Hoy por hoy, a tal punto la se extiende la influencia de Kap, que hace mas de 20 años que no se ve en la NFL un pateador que ejecute con una técnica distinta de la técnica implementada por él.


Mas allá del marco histórico lo importante es que no se pierda de vista esta gira que emprendió el Dallas Tornado, en una época diferente a la actual donde puede haber destinos exóticos, pero lo que manda es la cantidad de billetes apilados por los sponsors y no el hecho de salir por el mundo a jugar con el que se ponga adelante. Porque el Dallas Tornado no se vende (?)