lunes, 23 de enero de 2012

El Todo Poderoso que vino de la nada

Acá se defiende la doctrina bilardista, por lo tanto se desprecia el chamuyo la idea menottista salvo mear locas. No hay grises en esta manufacturada antinomia, téngalo claro. Al que no le guste puede tomar de mi bidón leer otros blogs. Creo que no se juega como se vive, es un paralelismo muy simplista y abundan ejemplos, tal vez demasiados para ser considerados excepciones, como por ejemplo Viatri, que si así fuera sería un jugador de mucho robo y corte (?). Pero el fútbol africano, aquel que se juega, se desarrolla en el continente, lejos de los billares del viejo mundo donde brillan los Drogba, los Eto’o (antes de correr tras millones de petrodólares) y donde brillaran Kanus, Okochas, Abedis debuté con un garoto Pele y así podemos seguir, tiene mucho de África para el que lo ve de afuera. Es un fútbol misterioso, que representa una selva subsahariana inexplorada, de la magnitud de sus estepas, que permanece oculto para casi todo aquel que no habita el continente. Lamentablemente la literatura deportiva no nos ha dado un Kapuscinski para desentrañar sus secretos y acercarnos su trajín diario, pero si hay un Dr. Bilardo que nos regala la experiencia de su paso por Libia (?).
La realidad es que como cualquier bondi me deja bien, no es la intención hablar del fútbol africano de la nada. Ha comenzado la Copa Africana de Naciones, seguramente el producto mejor preparado para vender globalmente que tenga el fútbol africano al mercado global futbolero. Pero nos ocuparemos de un club que escribió historia grande, dentro y fuera de su país y de su continente.

Nos vamos a la República Democrática del Congo, una nación que tuvo varias denominaciones empezando por Congo Belga (sepa el lector no ilustrado en estas cuestiones que el “Congo” a secas comprende una región mucho más amplia), Zaire y la actual R.D. Congo. Allí habitaban los pigmeos, luego vinieron otras tribus que limpiaron a los pigmeos, vino un yanqui de la mano de un Rey belga que limpió a las otras tribus, después Belgica administró el territorio hasta que un tal Mobutu Sese Seko (que significa en idioma nativo: “El todo poderoso guerrero, que, debido a su aguante e inflexible voluntad de vencer, irá conquista tras conquista, dejando fuego en su derrotero”. Posta, al menos parecía confiable la fuente) lo denominó Zaire, lo fueron y llegó a su denominación actual. Fruto de la explotación colonial, tiranos dementes y a pesar de su riqueza en minerales y diamantes, la región siempre tuvo históricamente una coherencia inalterable en su política económica que salta a los ojos hasta del mas necio: Siempre fue pobre.
En 1939 en la ciudad de Lumumbashi, provincia de Katanga, zona a la que hacíamos referencia  en el monasterio benedictino de nombre Santo Instituto de Boniface de Elisabethsville. Evidentemente no todos los alumnos se dedicaban consagrar su vida a Dios, seminariándola (?) y como en Lumumbashi no había un Mauri para dejarte caminar por Florida rodeado de gente con pecheras fluorescentes tranquilo o un Palermo lo que fuera para caretearla (?) decidieron crear un equipo para que estos muchachos pudieran divertirse un rato. Este equipo se llamó Holy Georges y después Holy Paul. Bajo esta denominación empezaron a competir estos muchachos, hasta que el desinterés tanto de, los internados en el monasterio, como de aquellos que lo administraban, dejó el equipo en manos de zaireños, zaireños nativos, tiempo después.
La leyenda futbolera y la actual denominación empezarían a surgir cuando el equipo tomara el nombre de su Main Sponsor, una firma de neumática, empezando a llamarse Englebert FC. Poco después, lograría su primer título y para festejar, no dieron vuelta olímpica ni armaron fiestas con travesaños merca y escabio un partido amistoso, sino que agregaron el Tout Pouissant o TP que significa Todos Putos Todo Poderoso. Luego de la independencia de Bélgica, el dictador de en ese entonces Zaire Mobutu, impuso una ley de que todo aquello que tuviese que ver con Zaire (Personas, instituciones, empresas, todo, etc.) tuviese un nombre nativo. Esto coincidió con un reestructuración y de allí surge el actual TP Mazembe Englebert o el mas corto y mas zaireño TP Mazembe, que quiere decir completo “El Todo Poderoso que les da masa a todos y que le tiran la goma”. Tomaron el apodo de “Cuervos”, lo que da dos particularidades: La primera es que en su escudo llevan un cocodrilo y la segunda es que este apodo no les impidió lograr éxito a nivel continental por duplicado a fines de los 60’. Es valedero aportar que ese equipo fue el germen del primer plantel del África mal denominada negra que tomara parte en una copa del mundo en Alemania 1974, con consecuencias desastrosas y una jugada bizarrísima, que es todo risas hasta que uno se entera que tiene un trasfondo macabro.
El antes mencionado Mobutu , cuando no se dedicaba a masacrar a opositores y tribus antagónicas a la de su origen, era fanático del fútbol. Consumada la soñada clasificación al mundial, pero desalentado por la patética performance de los muchachos y cosas raras que pasaron en el medio, se comieron 14 goles en 3 partidos y ahí Mobutu pasó a odiar el deporte mas hermoso del mundo. Como consecuencia, la plata se acabó y ahora Independiente juega la Promoción (?) el nivel general decayó hasta que apareció un personaje muy  particular que a base de dinero, dio un renacer a este club y al fútbol de su país.

Moise Katumbi , hijo de un judío sefardí griego (Posta, no chequeado debidamente, pero de un sitio que parece serio) y de madre congolesa, empezó a hacer dinero con el tráfico comercio de diamantes, la actividad económica principal de la zona. Fana del fútbol, se propuso que el TP Mazembe volviera a sus años de gloria y para eso puso su músculo financiero (?) y montando un equipo con lo mejor de la región del Congo, reteniendo su ficha pagando sueldos muy onerosos para el fútbol de la región, ensamblado con un sistema de juveniles que le permitiera crear su talento. En un momento, Katumbi siguió el modelo Berlusconi, que ya supimos explicar en otro post, y asumió la gobernación de la provincia de Katanga, donde el Mazembe hace capote, lo que hizo que se dudara de la continuidad del proyecto, pero Katumbi dejó en claro que si bien ya no le iba a poder dedicar casi todo su tiempo al club como lo venía haciendo, si iba a continuar al frente, ya que el club representaba lo mejor de su tierra en cuanto a imagen y por mas obligaciones que tuviera, su amor al fútbol seguía siendo el mismo.
Todo ese tiempo y dinero invertidos dieron frutos en 2009 cuando después de 41 años reconquistaron el máximo trofeo a nivel continental, derrotando por goles de visitante al Heartland nigeriano. Llegado diciembre fueron al mundial de clubes, pero no era ese año la cita con la historia. Para nada. Perdieron el pasaje a semis contra el Pohang Pittsburgh Steelers (que después perdiera con Estudiantes) y por el quinto puesto, o muy motivados no estaban o se cagaron con el Haka, porque perdieron increíblemente con el Auckland City.

En el 2010 la idea de los muchachos del Congo era reconquistar el título continental. Pero se le iba a complicar en Ruanda de entrada. En el partido inicial cayeron increíblemente contra el APR, el equipo de la armada del antes mencionado país, pero en la vuelta en Lumumbashi lo dieron y vuelta y progresaron en la competencia. Lo peor vendría dos meses después cuando el presidente de Ruanda Paul Kagame organizó un torneo amistoso internacional. Cuando llegaron les preguntaron “Paul y Kagame estaban en el río, Paul se metió al agua…” Los ingenuos congoleños preguntaron “¿Y Kagame?”… bueno, los re-cagaron a patadas durante el torneo y la gota que colmó el vaso fue penal no cobrado. Esto provocó que el capitán y  elegido como mejor jugador de África jugando en el continente, Trésor Mputu (que supo estar a prueba en el Arsenal) no se la bancara. Se armó la tangana. El que pega la voladora es un tal Guy Lusadisu. A causa de esto a ambos les re-cabió cupo una pena de un año a ambos desequilibrados mentales jugadores. De esta manera, el año entero pareció perdido.
Cambios bruscos fueron efectuados. El senegalés N’Diaye reemplazó al técnico francés hasta ese entonces a cargo, el hilarantemente llamado Diego Garzzito. El equipo empezó a poner las cosas en su lugar e ir de menor a mayor. Ya el fútbol de ataque fluido que practicaban tenía como aliado una solidez estructural que mejoró el aspecto defensivo. A tal punto fue in crescendo su performance, que en la final enfrentó al Esperance Tunis, que lo había superado en la fase de grupos. El progreso de un equipo teóricamente disminuido al comienzo, quedó latente en el 6-1 global con el que se consagró el TP Mazembe.

Y llegaría la fama global. Con el fracaso rotundo del año anterior, llegaron a Abu Dhabi, sede del Mundial de Clubes. De entrada golpearon fuerte, sus antecedentes y la fama de alguna de sus jugadores rivales hacía suponer que Pachuca, sería demasiado para los cuervos. Pero los muchachos del Congo se impusieron con relativa autoridad y algo de sorpresa a los Tuzos. Personalmente no creo que haya sido total, porque los mexicanos siempre fallaron miserablemente en esta competencia. El próximo escollo sería el Inter de Porto Alegre y esta vez había grandes chances de que les hicieran una boleta. La diferencia entre ambos equipos en cuanto a jerarquía era bastante. No recuerdo un equipo sudamericano con tantas chances de alzarse un Mundial de Clubes. Los Colorados mantuvieron su base (infrecuente en Sudámerica) respecto del equipo campeón salvo por uno o dos nombres y por Europa estaba un Internazionale de Milan, pobremente reforzado por Rafa Benitez, quien además intentaba sembrar algo en la tierra arrasada que dejó Mourinho. Lo que no esperaban los brasileros era toparse con un Tout Pouissant Muteba Kidiaba (Arquero conocido por su exótico/bizarro/brillante festejo) y dos golazos de Kabangu y Kaluyituka, para dar un golpe histórico.
La final contra el Inter sería un trámite para gli neriazzurri. Tal vez la magnitud de las estrellas del rival, el haber tenido dos batallas previas muy intensas mas el relax por ya haber cumplido con creces las expectativas o verse superados por un escenario donde no esperaban estar, no logró siquiera con entusiasmo, igualar un poquito la balanza. Perdió cómodamente 3-0 y la boleta pudo haber sido muy superior.

El sr. Katumbi, después de haber puesto toda la tarasca y ver los frutos, lógicamente quería ir a por el tricampeonato continental, una hazaña inmensurable. El sueño se acabó rápidamente, y lo peor de todo, de una manera muy imbécil: La mala inclusión del defensor Janvier Besala Bokungu por un problema contractual con su ex club, ante un poco serio Simba de Tanzania, lo eliminó en la segunda ronda del torneo. Pero lo importante es que este es un club con una historia particular, logros y muy importante y una estructura sólida desde sus cimientos, que probablemente permita seguir escuchando de este club.